Los hombres cuya dieta incluye un 30% o más de alimentos ultraprocesados tienen mayor riesgo de sufrir alteraciones en la calidad espermática. Así lo señala un estudio de la Universitat Rovira i Virgili, que relaciona productos como comida rápida, refrescos, alimentos altos en azúcares, fritos y precocinados congelados con una disminución en la calidad del semen. Sin embargo, ¿qué alimentos pueden contribuir a mejorarla?
Aunque la alimentación por sí sola no soluciona este problema, sí puede marcar una diferencia positiva. Marta Antich, embrióloga y directora científica de Fertilab Barcelona, subraya que la clave está en los hábitos alimentarios variados y equilibrados, en lugar de centrarse exclusivamente en ciertos alimentos. Según la experta, incorporar nutrientes esenciales puede potenciar la fertilidad masculina.
Nutrientes clave para mejorar la calidad del semen
- Omega 3 y DHA:
Estos ácidos grasos fortalecen las membranas de los espermatozoides. Se encuentran en pescados azules como caballa, sardinas, anchoas y mariscos como las ostras. Antich recomienda consumir pescados pequeños para evitar contaminantes presentes en pescados grandes como el atún, y mantener una ingesta de hasta 1 g diario. - Antioxidantes:
Son esenciales para facilitar el movimiento y funcionalidad de los espermatozoides. Alimentos como naranjas, brócoli, aguacate, verduras rojas y tomates cocinados (ricos en licopeno) aportan vitaminas y beneficios para la próstata. - Minerales:
Zinc, magnesio y selenio son fundamentales para la fertilidad. Aunque una dieta equilibrada puede aportar estos minerales, en casos de déficit, se recomienda optar por sal marina de calidad o agua de mar para cocinar.
Alimentación, ejercicio y descanso: un enfoque integral
Además de una dieta adecuada, Antich destaca la importancia de incorporar ejercicio físico moderado, como caminar, yoga o patinaje, para mejorar la calidad del semen. Dormir bien y mantener un sueño reparador es igualmente fundamental, evitando en lo posible el uso de medicación para dormir, salvo prescripción médica.
Reducir el estrés y evitar situaciones de ansiedad también son factores cruciales para mantener un organismo en buen funcionamiento. Aunque determinar exactamente cuánto influye la alimentación en los casos de infertilidad puede ser complejo, pequeñas mejoras en los hábitos diarios han demostrado resultados positivos en muchas personas.
Adoptar un estilo de vida saludable no solo beneficia la fertilidad, sino que también mejora el bienestar general.