El trastorno bipolar va más allá de tener altibajos —que son normales y todo ser humano experimenta—, se trata de una variedad de cambios en el estado de ánimo que van de un extremo a otro: felicidad, irritabilidad u optimismo, describe la National Institute of Mental Health.
Esta afección mental puede denominarse trastorno maniacodepresivo o depresión maníaca, ya que no existe un tipo único de trastorno bipolar. Un estudio, publicado en la revista Nature Genetics, puso sobre la mesa la existencia de 64 variantes genéticas, de las cuales 33 se desconocían.
Este descubrimiento a qué da luz…
La investigación internacional contó con la participación de aproximadamente 415, 000 personas (el análisis es el más grande hasta el momento), y buscaba saber más sobre los patrones de heredabilidad de la enfermedad mental.
Lo que se halló abre la posibilidad de nuevos tratamientos, dinámicas terapéuticas y fármacos para emplear en este trastorno y quizá para otros problemas de salud.
Debido a que el estudio también detectó genes asociados a otras patologías mentales, en especial las que se refiere con la esquizofrenia y depresión. En un menor grado trastornos como la anorexia, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y el trastorno del espectro autista.
¿Cómo saber si se tiene trastorno bipolar?
En la mayoría de ocasiones, el trastorno bipolar se presenta durante o en los últimos años de la adolescencia. Y los episodios pueden ir acompañados de los siguientes síntomas, señala el Instituto Médico Mayo Clinic:
Manía hipomanía
Episodios anormales de optimismo, nerviosismo o tensión
Aumento de actividad, energía o agitación
Sensación exagerada de bienestar
menor necesidad de dormir
Locuacidad inusual
Distracción
Episodio depresivo mayor
Estado anímico depresivo
marcada pérdida de interés
Adelgazamiento importante sin hacer dieta o aumento de peso
Insomnio o dormir demasiado
Agitación o comportamiento lento
Fatiga
Sentimiento de inutilidad
Es diagnóstico de trastorno bipolar solo lo puede dar un experto en salud. Sin embargo, es importante que no ignores tus emociones y pidas ayuda. ¡No hay nada malo en ello!