¿Qué es?
El término serum puede referirse tanto al que se usa en el rostro como al que se aplica al cabello.
El serum facial se caracteriza por su alta concentración de ingredientes activos, que se absorben rápidamente y penetran profundamente en la piel, dependiendo de su fórmula. Gracias a su textura ligera, permite aplicar otros productos cosméticos encima, como cremas o fluidos, según explica Lucrecia Gutiérrez, experta en dermofarmacia de la Farmacia El Boalo en Madrid.
Su alta concentración hace que los resultados sean visibles en menos tiempo.
Por otro lado, el serum capilar es un producto con base acuosa y también altamente concentrado en ingredientes activos. Se utiliza para tratar el cuero cabelludo en casos de caída del cabello o falta de densidad, actuando directamente en el folículo piloso. También existen serums que reparan el tallo del cabello cuando está dañado.
Tipos
El tipo de serum facial que elijas depende de las necesidades específicas de tu piel, ya que cada uno está diseñado para cumplir un propósito específico, y sus ingredientes varían según los resultados que se buscan.
Por ejemplo, para reducir arrugas, un serum con epiderfil puede ser eficaz, ya que contiene ácido hialurónico fragmentado que penetra en la piel, hidrata rápidamente y rellena las líneas de expresión desde el interior.
En cuanto al serum capilar, existen dos tipos principales: uno para hidratar y nutrir el cuero cabelludo, y otro para reparar el cabello dañado con un enfoque más estético. Los primeros suelen tener textura cremosa, mientras que los segundos son líquidos.
Usos y beneficios
Los serums faciales son fórmulas concentradas que permiten una reparación profunda de la piel y una absorción rápida. Se utilizan comúnmente para rejuvenecer la piel y reducir arrugas, y contienen ingredientes como retinol o ácido hialurónico. Los que iluminan y unifican el tono suelen incluir vitamina C (ácido ascórbico).
Pueden utilizarse a cualquier edad, pero siempre eligiendo el adecuado para el tipo de piel (mixta, grasa, seca o sensible). Debido a la alta concentración de activos, algunas pieles muy sensibles pueden experimentar irritación.
En pieles grasas, lo ideal es un serum no comedogénico, con propiedades exfoliantes y purificantes, como el ácido salicílico, que reduce el tamaño de los poros y previene el acné.
Para pieles con manchas, los serums que contienen principios activos despigmentantes como ácido azelaico, kójico, o extractos vegetales como el arándano rojo o el té verde, son los más recomendados.
En cuanto a los serums capilares, los que contienen antioxidantes y reparadores son muy efectivos. Además, los que incluyen baobab, omega 3 y 6, o ácido glicólico ayudan a regenerar e hidratar el cabello. Estos productos también reparan la fibra capilar y fortalecen la cutícula, lo que es especialmente útil en cabellos dañados por tintes o tratamientos agresivos.
Aplicación
Para obtener los mejores resultados con un serum facial, se debe aplicar sobre la piel limpia y en movimientos ascendentes, desde el centro del rostro hacia afuera, incluyendo el cuello y el escote. Lo ideal es usarlo por la mañana y noche, o solo por la noche.
En el caso del serum capilar, se recomienda usarlo un par de veces por semana. Los serums reparadores deben aplicarse en el cabello seco, de medias a puntas, mientras que los densificadores se colocan sobre el cuero cabelludo húmedo después del lavado.