por Isabel Reoyo
Antes de comenzar este artículo, quiero hacerte a ti la pregunta: ¿qué es para ti el amor? Piénsalo por un momento, sin demasiados juicios hacia la definición o palabras que te salgan.
Cada persona tiene sus propias ideas sobre ello, y nunca encontraremos una verdad absoluta o única que lo defina. En este artículo construiremos de la forma más completa posible qué es el amor.
Significado de amor
A lo largo de la historia se han tratado de dar miles de definiciones sobre el amor. Entender algo tan abstracto, que no puede verse y que siempre nos acompaña ha sido siempre vivido con cierto misterio, con cierta magia, y con bastantes dudas. Realmente, no ha sido encontrada una única definición, una verdad absoluta o un manual del amor. A veces, nos es más que suficiente con sentirlo.
Podemos tener muchas ideas contaminadas de lo que es el amor, hay muchos mitos a su alrededor que tiranizan o ensucian su esencia, como por ejemplo, que todo lo puede, o que con él basta para que dos o más personas estén juntas. En el siguiente apartado profundizamos en esto.
Hay autores/as que definen el amor como una emoción; otros/as autores o autoras lo definen como un sentimiento; en otras definiciones se habla especialmente del componente químico del amor; mientras que otras se centran en un lado más espiritual.
Sin ánimo de etiquetar algo tan complejo y subjetivo, podemos hablar del amor como un sentimiento profundo hacia algo o hacia alguien -ojo, que aquí también entramos nosotras mismas-, que promueve que nos acerquemos hacia aquello que nos causa esas sensaciones de bienestar asociadas. También promueve, por ejemplo, que cuidemos de ese algo o alguien -aquí volvemos a entrar nosotras mismas- por quien sentimos ese gran afecto.
Si tenemos esto en cuenta, nos daremos cuenta de que el amor logra que se cumplan necesidades muy importantes para las personas, como son la necesidad de seguridad, de protección, de conexión social, de pertenencia, etc. En relación con esto, el amor es un sentimiento muy relacionado con el apego, que genera en las personas una serie de reacciones, conductas y emociones que permiten que encontremos esa calma y seguridad necesarias en nuestros vínculos.
Así que el amor no solo da sentido a nuestra vida, sino que la hace posible. De hecho, es algo que siempre ha estado presente a lo largo de la humanidad (aunque haya podido modificarse su significado)… será por algo, ¿no?
Componentes del amor
El amor es muy importante tanto en nuestra supervivencia como en nuestro bienestar.
Algo a tener en cuenta es que solemos asociar este concepto con las relaciones, es decir, sentir amor por alguien, ¡pero el amor va más allá que eso! Ya que, también se siente hacia, por ejemplo, la naturaleza, la vida, la profesión que se tenga, los animales, los hobbies, entre infinitos ejemplos más.
Aunque es cierto que, como seres sociales que somos, el amor cumple una función esencial en nuestros vínculos, y es aquí donde a veces la cosa se complica. ¿Por qué? Porque con ello no basta. Las relaciones son mucho más que amor: son respeto, intercambio de conductas positivas, cuidado, responsabilidad, valoración, interacción, afecto, comunicación, confianza… Además, la cosa se complica por partida doble cuando tenemos en cuenta que, cuando dos o más personas se unen, también se están uniendo sus mochilas vitales particulares, y esto a veces conlleva momentos de crisis.
En un intento de desglosar este concepto, el autor Robert Sternberg propuso la “Teoría triangular del Amor”, representando sus componentes en los vértices de un triángulo.
Intimidad
La intimidad se refiere al grado de unión que sentimos con la otra persona. Especialmente tiene que ver con el hecho de poder abrirnos a la otra persona, de mostrarnos, de poder mostrar, así, nuestra vulnerabilidad, emociones, dudas, miedos y sentimientos más profundos, etc.
Pasión
La pasión tiene más que ver con todas esas sensaciones que aparecen en nuestro cuerpo cuando sentimos amor. Esto está muy relacionado con la fase de enamoramiento.
Compromiso
Por último, el vértice del compromiso está relacionado con el grado de implicación que exista con ese algo o alguien que amamos. Es decir, el tiempo, energía y cuidados que estamos dispuestas a dar para regar y cultivar esa relación.
Este triángulo estará más o menos equilibrado dependiendo de cómo estén estos tres componentes de alimentados. Y, en función de cuáles sean los ingredientes de esta receta del amor, tendremos unas u otras relaciones (más o menos sólidas, más o menos íntimas, más o menos maduras; más relacionadas con un vínculo afectivo-sexual o más de amistad, etc.)
Formas de expresar el amor
Decíamos que el amor es un sentimiento muy profundo, dirigido tanto hacia algo como hacia alguien, que nos lleva a aproximarnos y cuidar de aquello a lo que amamos.
Existen muchas formas de expresar y recibir amor, que pueden ir mucho más allá de decir un “te quiero”.
El autor Gary Chapman propuso lo que llamó “Los cinco lenguajes del amor”, una clasificación de diferentes formas en las que trasladar este sentimiento.
Estos cinco lenguajes que propone son:
Contacto físico
Como seres sociales, necesitamos cercanía y calorcito humano. Las caricias, los abrazos, los besos, pasear de la mano, el piel con piel… son vías para expresar amor.
Palabras de afecto
Acostumbramos a pensar solo en “te quiero”, pero lo cierto es que dentro de esta categoría incluimos palabras de apoyo, de consuelo, de ánimo, de orgullo, de aprecio… Todas aquellas palabras que, de alguna forma, acaricien el corazón de la otra persona. Aquí también podemos incluir palabras que expresen interés, como un simple “¿qué tal el día?”.
Tiempo de calidad
Es importante invertir en la “cuenta bancaria emocional”. Esto requiere de crear planes, espacios, o momentos, en los que el tiempo que se comparta sea valorado como algo que une o que aporta vitamina.
Regalos
Que no tienen por qué ser materiales, sino que pueden ser gestos como dejar una notita o hacer una cena rica. Todo aquello que transmita que cuidamos de ese algo o alguien.
Actos de servicio
Los actos de servicio se refieren a ayudas o apoyo instrumental, es decir, a favores que podemos hacer para compartir la posible carga de la otra persona.
Además de estas, hay muchas otras formas en las que el amor puede expresarse y recibirse, que quizá incluso son únicas de cada persona o relación. Al final, la práctica siempre va por delante de la teoría, y nunca podremos reducir a unas líneas algo tan amplio. Por ello, de nuevo propongo que pienses unos minutos en diferentes formas que encuentras de expresarlo hacia alguien o hacia algo.
Ya que has conocido los lenguajes del amor… ¿Cómo hablas estos lenguajes contigo misma? Usualmente pensamos en el amor como algo dirigido hacia otra persona o ser, pero, ¡el amor propio es también amor! E igual de importante es nutrirlo. Por ello, es interesante que recorras cada uno de los lenguajes y explores si te lo transmites a ti misma a través de ellos.
Qué no es el amor
Como leías unas líneas atrás, con el amor no basta. Muchas veces etiquetamos de amor a comportamientos que están en las antípodas de este, romantizamos conductas tóxicas, o somos víctimas de los mitos del amor romántico, y todo lo que ello conlleva. Mitos como el de la media naranja, el de que los celos son una prueba de amor, o el de que por amor hay que hacerlo todo, construyen una idea equivocada que nos hiere.
Red flags vs. Green flags
Quien bien te quiere no te hará llorar, sino que te cuidará, te acompañará, y te sostendrá, preocupándose por tu bienestar.
El amor no lo puede todo, sino que es necesario que existan unos mínimos necesarios (distintos para cada persona) como la comunicación, el respeto, o la comprensión.
El amor no es violento, sino un lugar seguro.
El amor no manipula ni coacciona, sino que escucha, respeta tiempos y límites, y llega a acuerdos. Muchas veces con conversaciones incómodas de por medio que me lleven a mostrar mi vulnerabilidad y, así, crecer en intimidad.
El amor no es rígido, sino que va transformándose con el tiempo, adquiriendo nuevas formas y matices, así como también varía la forma en la que siente por cada persona.
El amor no es simplemente enamoramiento, sino que el enamoramiento es solo una fase de las relaciones amorosas que se caracteriza por una gran cascada hormonal. Poco a poco, esto se irá atenuando dejando paso a un amor más “maduro”.
El amor no es posesión, sino que para que haya amor tiene que haber libertad.
Tras este recorrido, algo que queda claro es que el amor es necesario para la vida, pues es un sentimiento que nos lleva a satisfacer necesidades humanas esenciales, nos acerca, y nos lleva a conductas positivas con nosotras, con las demás personas, y con el mundo. Ahora bien, no para todas las personas es fácil sentirlo.
Quizá pueda ser incómodo o desregulador este sentimiento cuando no se ha experimentado el afecto positivo como algo habitual en la vida. En estos casos, puede que merezca la pena trabajar de forma interna -muchas veces, con ayuda- en aquellas cosas que nos complican sentirlo o expresarlo.
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