En 1984, Madonna se arrastraba por el escenario mientras interpretaba su icónico tema «Like a Virgin», sin imaginar —o quizás sí— que marcaría un antes y un después en la historia de la música. Con un vestido de Jean-Paul Gaultier y un cinturón que decía «Boy Toy», inició su camino hacia la consagración como un ícono del pop, cuyo legado ha sido incluso objeto de análisis académico.
Madonna y MTV: la combinación perfecta que definiría a una generación.
El 14 de septiembre de 1984, MTV, la cadena que había nacido en 1981 para transformar el panorama musical, celebró la primera edición de los MTV Video Music Awards, con artistas como Rod Stewart, Tina Turner y ZZ Top. No obstante, fue la actuación de Madonna con «Like a Virgin» lo que realmente impactó al público, desatando controversia.
MTV, pionera en popularizar el videoclip, y Madonna, reformulando el concepto de espectáculo visual sobre el escenario, crearon una relación simbiótica. Ambos supieron aprovechar el clima de la época, con una juventud atrapada entre un mundo polarizado por los gobiernos de Thatcher y Reagan y el declive del comunismo. Mientras tanto, la televisión había sustituido a la radio como principal espacio de socialización, como lo reflejó la canción de The Buggles, «Video Killed the Radio Star», en la primera emisión de MTV.
Más que una simple actuación
Vestida de novia, con un cinturón que decía «Boy Toy» y un velo en la cabeza, Madonna emergió de una tarta gigante para interpretar su famosa canción, lanzando miradas provocadoras a la cámara y tomando control total de la narrativa. En un momento de improvisación, buscando su zapato, se lanzó al suelo, simulando un acto sexual. Esa breve secuencia, que duró apenas treinta segundos de una actuación de cuatro minutos, dejó una huella imborrable y desató la indignación de los sectores más conservadores.
Con esta presentación, Madonna rompió con la imagen tradicional de la pureza femenina, similar a lo que el cine de terror empezaba a explorar, y reclamó la sexualidad femenina desde una perspectiva de deseo propio, no ajena.
El impacto de Madonna fue tan disruptivo que años más tarde, artistas como Miley Cyrus y Aitana Ocaña seguirían su ejemplo, desafiando las expectativas del público y transformando su imagen en escena.
A lo largo de los años, se ha debatido ampliamente sobre la influencia de Madonna, tanto desde la academia como desde el feminismo, en torno a si su enfoque de la sexualidad desafía o refuerza el patriarcado. Lo innegable es que abrió un camino antes reservado solo a los hombres, generando controversia donde otros no lo habían hecho.
Con esta actuación, Madonna comenzó a forjar su leyenda como la «Reina del Pop», y desde entonces ha sido un referente para muchas artistas. Tras «Like a Virgin», llegaron éxitos como «Material Girl», «La isla bonita» y «Like a Prayer». También consolidó su presencia en el cine con películas como «Buscando a Susan desesperadamente», «Dick Tracy» y «Evita».
Todo esto, con un distintivo que sería su sello personal: la libertad creativa y su capacidad para generar debates, manteniéndose en el trono del pop por décadas.