Ni tiaras ni ostentosos broches de oro. La monarca eligió ser sepultada con sus joyas más simples y con mayor valor sentimental.
La reina Isabel II de Inglaterra falleció el 8 de septiembre, pero no ha sido hasta este lunes cuando se le ha dado sepultura. Tras el funeral de Estado en la abadía de Westminster, el féretro de la monarca fue trasladado a la capilla de San Jorge de Windsor. Allí descansa ahora Isabel II junto a su esposo, Felipe de Edimburgo. Después de este acontecimiento histórico vivido en la capital inglesa, son muchas las preguntas que les surgen a los ciudadanos en relación con la herencia de la reina, en especial, cómo se repartirá su colección de joyas.
La monarca poseía dos colecciones de joyas: la primera pertenecía a la Corona y no podrán dividirse entre sus familiares, ya que pertenecen a la nación; y la segunda, que era la suya privada y tiene un valor incalculable, será la que se repartan sus herederas por orden jerárquico. Camilla Parker-Bowles, la princesa Ana (su única hija), Kate Middleton, la princesa Charlotte e incluso Meghan Markle elegirán qué joyas de la reina Isabel se quedarán. Aunque hay dos con las que no contarán para el reparto, pues la monarca ha sido enterrada con ellas.
Tal y como ha revelado la jefa de comunicación del Natural Diamond Council, Lisa Levinson, al medio ‘Metro’, Isabel II expresó su voluntad de ser enterrada únicamente con dos joyas muy especiales y con un gran valor sentimental para ella.
La monarca poseía dos colecciones de joyas: la primera pertenecía a la Corona y no podrán dividirse entre sus familiares, ya que pertenecen a la nación; y la segunda, que era la suya privada y tiene un valor incalculable, será la que se repartan sus herederas por orden jerárquico. Camilla Parker-Bowles, la princesa Ana (su única hija), Kate Middleton, la princesa Charlotte e incluso Meghan Markle elegirán qué joyas de la reina Isabel se quedarán. Aunque hay dos con las que no contarán para el reparto, pues la monarca ha sido enterrada con ellas.
Las dos joyas más especiales de la reina Isabel
u anillo de bodas galés
La primera de las joyas con las que Isabel II descansa en Windsor es el anillo que Felipe de Edimburgo le regaló el día de su boda en 1947 y que no se ha quitado desde entonces. «El joven príncipe Felipe participó de cerca en el diseño del anillo de compromiso de Isabel, que está engastado en platino y tiene once diamantes naturales: un diamante solitario redondo de tres quilates y cinco piedras más pequeñas engastadas en cada lado», comenta Lisa Levinson.

Sus míticos pendientes de perlas
Desde que se coronó como reina hasta sus últimos días, era más que habitual ver a Isabel II lucir estos pendientes de perlas, a no ser que asistiese a un acto que requiera sacar algunos de sus joyas más ostensosas.

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