Los tratamientos estéticos como el bótox y los rellenos dérmicos pueden causar efectos secundarios, algunos de los cuales son poco conocidos por el público. Hablamos con una dermatóloga para entender los riesgos y cómo minimizarlos.
El bótox, utilizado para corregir las arrugas de expresión, es uno de los tratamientos más efectivos para rejuvenecer el rostro, según la dermatóloga Lorea Bagazgoitia. Actúa relajando los músculos responsables de los gestos faciales, previniendo o atenuando las arrugas. Se aplica en áreas como el entrecejo, la frente y los laterales de los ojos, e incluso en el mentón y el cuello.
Sin embargo, aunque es un tratamiento popular, puede generar efectos adversos como hematomas en el lugar de la inyección. Su efecto dura entre cuatro y seis meses, por lo que se recomienda repetirlo dos veces al año.
Otro tratamiento común es el relleno dérmico con ácido hialurónico, que ayuda a restaurar el volumen perdido con la edad, especialmente en áreas como los pómulos. Este tratamiento es eficaz cuando es realizado por profesionales capacitados, y sus efectos pueden durar alrededor de un año.
Aunque los hematomas también son un riesgo con este tratamiento, uno de los efectos secundarios más graves es la posible infiltración del ácido hialurónico en los vasos sanguíneos, lo que puede causar necrosis en la piel o incluso ceguera. Este riesgo, aunque raro, es muy serio y subraya la importancia de buscar siempre un profesional experimentado.
En resumen, aunque estos tratamientos pueden ser efectivos, es crucial recibirlos de manos de expertos para evitar riesgos y obtener los mejores resultados.