¿Qué ocurre cuando reduces el consumo de sal?
El sodio, un componente esencial de la sal, es indispensable para el organismo, ya que regula la presión arterial, el volumen sanguíneo y asegura el buen funcionamiento de músculos y nervios. Sin embargo, un consumo excesivo puede ser perjudicial para la salud, y actualmente, la mayoría de las personas consume el doble de lo recomendado.
El impacto del exceso de sal en la salud
Un consumo elevado de sodio está relacionado con problemas como hipertensión, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal, osteoporosis e incluso ciertos tipos de cáncer, como el gástrico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el exceso de sal contribuye a cerca de 1,89 millones de muertes anuales a nivel global.
Cómo afecta la sal al corazón
El consumo excesivo de sal provoca retención de líquidos, aumentando el trabajo del corazón, lo que puede causar hinchazón en extremidades y abdomen, además de mayor fatiga. También incrementa la presión arterial debido a que eleva el volumen sanguíneo y el tono vasoconstrictor de las arterias, según explica el cardiólogo Manuel Anguita.
Quiénes deben ser más cautelosos
Personas con hipertensión, insuficiencia cardíaca u otras condiciones similares deben limitar estrictamente su ingesta de sal, ya que su consumo excesivo agrava estas patologías.
¿De dónde proviene la sal en nuestra dieta?
Gran parte de la sal que ingerimos está presente de forma natural en los alimentos o se añade en productos procesados y preparados. Algunos alimentos con alto contenido en sal incluyen embutidos, quesos curados, conservas, alimentos precocinados, snacks salados y salsas comerciales.
Recomendaciones para reducir el consumo de sal
La OMS sugiere limitar la ingesta diaria de sodio a menos de 2.000 mg (equivalente a 5 g de sal) para adultos y ajustar esta cantidad en niños según sus necesidades energéticas. Además, recomienda consumir sal yodada para el desarrollo cerebral y la salud en general.
Para disminuir el consumo de sal:
- Prioriza alimentos frescos y mínimamente procesados.
- Elige productos con bajo contenido de sodio.
- Cocina sin sal o con cantidades mínimas.
- Sustituye la sal por hierbas y especias.
- Limita el uso de salsas, aderezos y productos instantáneos.
- Retira el salero de la mesa.
Beneficios de reducir la sal
- Disminuye el riesgo de hipertensión y mejora el control en quienes ya la padecen.
- Reduce la necesidad de medicamentos antihipertensivos en algunos casos.
- Evita la retención de líquidos, previniendo la aparición de edemas.
Adoptar hábitos para reducir la sal no solo beneficia tu salud cardiovascular, sino que también mejora tu calidad de vida en general.