Sabemos que es delicioso, pero ninguna bebida es digna de controlarte, antes que tú mismo.

Una taza de café no debería determinar tu estado emocional. Una de las bebidas más consumidas alrededor del mundo es el café. Ese grano con un aroma incomparable al que podríamos llegar considerar incluso, terapéutico. Y si bien son muchas las investigaciones que se han realizado respecto a los beneficios positivos que del café efectúa en nuestra salud, la realidad es que ninguna bebida debería determinar nuestro estado emocional. No sin antes saber que el poder de modificar patrones emocionales, se encuentra en tu mente.
La Nueva era en la que nos encontramos sumergidos nos bombardea constantemente con soluciones para mejorarnos cada día más como Seres Humanos. Pero si analizamos objetivamente, todas esas «soluciones» son externas. Irónico entonces, atribuir y aceptar que el poder se encuentra allá afuera; cuando, en realidad, la capacidad se encuentra ya en tu Interior.
Lo que pasa desde el inicio de nuestra vida, nos han hecho creer que debemos «aprender» y aprender, y aprender. Siempre viniendo todo de lo externo. Cuando somos niños, por ejemplo, nuestra energía nata nos acompaña, y si tienes suerte, tienes una familia que apoya y contribuye a que desarrolles todas tus capacidades.

Pero desgraciadamente, las cosas no suceden de tal manera, en la mayoría de las ocasiones. El mundo en el que vivimos demanda muchas otras cosas. Que bien podemos manejarlas, pues sabemos de antemano que la clave para que todo funcione, es el equilibrio. Pero entonces… nos encontramos con personas desequilibradas emocionalmente. Ya sea por patrones familiares heredados ¡o contagiados!
Cualquiera que sea la situación, en este punto de la historia es cuando el Ser humano, y casi como alternativa desesperada, acude a distintos estímulos para modificar patrones mentales y emocionales. En este caso, se habla específicamente de El Café, una bebida estimulante muy noble, pero que al mismo tiempo, puede causar dependencia… física o emocional. No importa. Hay quienes lo toman por su sabor, otros por su efecto, otros por ansiedad.
Puede ser de manera inconsciente, pero una taza de café puede ser ese ‘salvavidas’ que te reconforta y con el que tratas de huir o calmar un poco la tensión acumulada en cada sorbo. Sí, se siente ese confort cuando pasa por la garganta. ¡Es delicioso! Pero cuántas tazas de café necesitas al día para… ¿funcionar?