Los alimentos ultraprocesados ya estaban en el punto de mira por su relación con enfermedades como la obesidad, la diabetes, problemas cardiovasculares y el cáncer. Ahora, un nuevo estudio sugiere que podrían estar también asociados con el desarrollo temprano del Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta al movimiento y otras funciones corporales.
¿Qué son los ultraprocesados?
Se trata de productos sometidos a un alto grado de transformación, con múltiples ingredientes añadidos (azúcares, grasas, aditivos…). Algunos ejemplos comunes incluyen:
- Snacks empaquetados
- Refrescos y bebidas azucaradas
- Bollería industrial y galletas
- Precocinados
- Embutidos
En contraste, los alimentos no procesados o mínimamente procesados (como frutas, verduras, legumbres o pescados frescos) conservan mejor sus nutrientes y su estructura original.
Parkinson: la nueva preocupación
La revista Neurology ha publicado una investigación que analiza datos de más de 42,000 profesionales de la salud en Estados Unidos durante 26 años. Los resultados indican que las personas que consumían 11 o más raciones diarias de ultraprocesados tenían un riesgo 2.5 veces mayor de presentar síntomas tempranos del Parkinson comparado con quienes comían menos de 3 porciones al día.
Entre los productos más peligrosos se encontraron:
- Snacks dulces
- Bebidas azucaradas o con edulcorantes artificiales
Aunque este estudio no prueba una relación directa de causa-efecto, sí señala una asociación significativa que refuerza la preocupación sobre los efectos a largo plazo de una dieta basada en alimentos ultraprocesados.
¿Qué son los síntomas prodrómicos?
Son señales que pueden aparecer 10 a 20 años antes del diagnóstico clínico del Parkinson. Incluyen:
- Trastornos del sueño (especialmente durante la fase REM)
- Estreñimiento
- Depresión
- Dolor corporal crónico
- Pérdida del olfato
- Somnolencia diurna
- Alteraciones visuales
Detectar y estudiar estos síntomas no motores puede abrir una ventana para la prevención precoz, según la catedrática Maira Bes-Rastrollo, experta en salud pública de la Universidad de Navarra.
Conclusión: un llamado a cambiar hábitos
Este nuevo estudio refuerza la necesidad de reducir el consumo de ultraprocesados, no solo por motivos metabólicos, sino también neurológicos y mentales. Los expertos recomiendan seguir patrones alimentarios como la dieta mediterránea, rica en:
- Frutas y verduras
- Legumbres y cereales integrales
- Pescados
- Aceite de oliva virgen extra
Adoptar una alimentación más natural y equilibrada podría no solo ayudarte a mantener un peso saludable, sino también proteger tu cerebro a largo plazo.