Para controlar los síntomas del asma, es importante adoptar ciertas pautas alimenticias. Estas incluyen priorizar frutas y verduras, incrementar la ingesta de fibra, optar por grasas saludables y elegir cenas ligeras. Según investigaciones recientes, el metabolismo de las grasas juega un papel crucial en la inflamación pulmonar y las exacerbaciones del asma, lo que resalta la importancia de la dieta en el manejo de esta condición.
Grasas y su impacto
El estudio más reciente muestra que niveles altos de colesterol LDL («malo») y colesterol total aumentan el riesgo de asma, mientras que el colesterol HDL («bueno») puede tener un efecto protector debido a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Por el contrario, los triglicéridos altos están asociados con un empeoramiento de los síntomas.
Grasas saludables como el aceite de oliva y los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos y nueces, tienen efectos positivos en la salud pulmonar. En cambio, se deben evitar las grasas saturadas (en carnes grasas, lácteos enteros y productos procesados) y las grasas trans (en margarinas, alimentos fritos y productos ultraprocesados).
Beneficios de frutas y verduras
El consumo regular de frutas y verduras se asocia con una mejor gestión del asma. Antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E y los flavonoides presentes en frutas como cítricos, frutos rojos, manzanas y piña, y en verduras como brócoli, espinacas y pimientos, ayudan a reducir la inflamación y mejorar la función pulmonar.
Aumentar la fibra
La fibra también desempeña un papel clave, ya que favorece la formación de ácidos grasos de cadena corta que reducen la inflamación pulmonar. Alimentos como manzanas, zanahorias, legumbres, granos integrales y frutos secos son excelentes fuentes de fibra.
Consejos prácticos
- Sustituye grasas dañinas por saludables, como el aceite de oliva o aguacate.
- Incrementa el consumo de alimentos ricos en fibra, como avena, quinoa y lentejas.
- Evita alimentos ultraprocesados, bollería industrial y productos con grasas trans.
- Incluye frutas y verduras frescas en cada comida, alternando su consumo crudo y cocido para maximizar beneficios.
Con estos cambios, no solo se promueve un mejor control del asma, sino también una mejora general en la salud.