De acuerdo con Diego Sívori, director de la Licenciatura en Nutrición de la Fundación Uade, en Buenos Aires, bajar de peso depende de la proporción protagónica de la alimentación y no tanto de la actividad física.
Es decir, que podemos hacer toda la actividad física que deseamos, pero sin una alimentación equilibrada, será imposible lograr el peso deseado.
“El ejemplo más práctico que puedo dar es que, por ejemplo, una croissant dulce, te lo comes en 30 segundos, pero para eliminarla tienes que caminar durante unos 30 minutos”, explicó Sívori.
Esto es porque lo que se incorpora a nivel energético/calórico debe ser menor a lo que uno puede gastar con actividad física y lo que el cuerpo está en condiciones de eliminar.
Sin embargo, pueden existir también otras explicaciones. En algunos casos se debe a una patología que no está controlada clínicamente como un hipotiroidismo, condición en la que el cuerpo gasta menos energía.
También a ciertos medicamentos que se toman de forma crónica, como los corticoides, que pueden colaborar al incremento de grasas en la zona abdominal.
No obstante, si haces ejercicio controlando la alimentación, seguro habrá resultados. Aunque hay que recordar que existe un ritmo acuerdo para la pérdida de peso.
“Nuestro cuerpo está programado para defendernos de la restricción alimentaria y de los descensos abruptos; por eso, cuando uno empieza a bajar de forma rápida, el cuerpo lo contrarresta con un descenso de metabolismo, justamente para prevenir carencias en la composición corporal”, señaló. soy502.com
