El consumo de cerveza en España es muy elevado, siendo común su ingesta durante toda la semana y no solo los fines de semana. ¿Qué efectos tiene este hábito en la salud? ¿Es realmente saludable beber cerveza todos los días? Los expertos ofrecen diversas opiniones al respecto.
En el pasado, la cerveza era vista como una bebida relativamente saludable y se consideraba una buena opción para hidratarse después de realizar actividad física. De hecho, es una de las bebidas más populares en todo el mundo. A nivel global, aproximadamente el 45% del alcohol consumido se presenta en forma de bebidas alcohólicas destiladas, mientras que la cerveza ocupa el segundo lugar con el 34%, seguida por el vino con el 12%.
Hoy en día, sin embargo, los expertos advierten sobre los riesgos de consumir alcohol, incluido el de la cerveza. La doctora Mª Jesús González Juárez, jefa de Medicina Interna en el Hospital Sanitas Virgen del Mar, aclara que no existe una cantidad recomendada de alcohol desde el punto de vista clínico. Además, las últimas investigaciones indican que incluso el consumo moderado de alcohol no trae beneficios para la salud cardiovascular, por lo que se recomienda evitar el alcohol completamente.
En cuanto a la composición de la cerveza, Tete Cachafeiro, farmacéutica y experta en nutrición, explica que al consumir cerveza, el cuerpo debe procesar varios de sus componentes, entre los que se incluyen el alcohol (etanol), que tiene efectos sobre varios sistemas del cuerpo, así como antioxidantes, vitaminas del grupo B y minerales. Según Cachafeiro, beber cerveza es como tener invitados diversos en una fiesta: el alcohol, que al principio puede ser divertido pero luego problemático, y los antioxidantes, vitaminas y minerales, que son beneficiosos para la salud.
Por su parte, Sara Rueda Mota, nutricionista en Blua de Sanitas, detalla que la cerveza está compuesta en su mayoría por agua (90-95%), carbohidratos en cantidades moderadas, proteínas en pequeñas proporciones y alcohol (que varía entre el 3-12%). La bebida también contiene algunas vitaminas y minerales, aunque en cantidades que no cubren los requerimientos diarios. Además, tiene compuestos bioactivos como los polifenoles y las isohumulonas, que aportan propiedades antioxidantes y el sabor amargo característico de la cerveza.
Cuando se trata de los efectos del alcohol en el cuerpo, Cachafeiro menciona que el alcohol puede desinhibir, afectando el sistema nervioso, reduciendo los reflejos, el juicio y la coordinación. También puede tener un impacto en el hígado, que debe procesar el alcohol, convirtiéndolo primero en acetaldehído, una sustancia tóxica que causa la resaca, y luego en acetato, que es eliminada por el organismo. Si el consumo de alcohol se repite con frecuencia, el hígado puede sufrir estrés y dificultades.
Además, el alcohol tiene un efecto diurético, que incrementa la producción de orina, provocando la pérdida de líquidos. Las cervezas también aportan calorías vacías, alrededor de 150-200 calorías por unidad, que no aportan nutrientes esenciales pero pueden contribuir al aumento de peso si no se compensan con actividad física.
Beber una cerveza diaria puede parecer inofensivo, pero a largo plazo, sus efectos pueden ser significativos. Cachafeiro destaca que, aunque no parezca grave al principio, el consumo constante de una cerveza diaria puede sobrecargar al hígado, lo que podría ocasionar problemas hepáticos con el tiempo. Además, el consumo de las calorías extras derivadas de la cerveza (unas 73,000 al año) puede llevar al aumento de peso, lo que supone un riesgo para la salud.
Aunque algunos estudios sugieren que el consumo moderado de alcohol podría tener algunos beneficios cardiovasculares, estos efectos son debatidos y no justifican el consumo regular. Además, beber todos los días puede generar dependencia, ya que lo que comienza como un hábito ocasional puede convertirse en una adicción.
En resumen, beber cerveza todos los días puede tener efectos adversos sobre la salud, desde el estrés hepático hasta un mayor riesgo de dependencia y aumento de peso. Los expertos recomiendan precaución y sugieren evitar el consumo regular de alcohol.
