Las calorías son una unidad fundamental de energía: técnicamente, representan la cantidad de calor necesaria para elevar un gramo de agua pura un grado centígrado. Pero más allá de esta definición, las calorías son la base del combustible que mantiene funcionando nuestro organismo.
Cada día, nuestro cuerpo necesita un suministro constante de energía para realizar funciones esenciales como mantener el corazón latiendo, el sistema nervioso activo, regular la temperatura corporal, reparar tejidos y permitir el movimiento físico, entre muchas otras cosas.
¿De dónde obtenemos esa energía?
La energía proviene de los alimentos que ingerimos, y se libera a través de la oxidación de tres macronutrientes principales: carbohidratos, proteínas y grasas. A estos se les suma el alcohol, que también aporta energía, aunque no nutrientes esenciales.
El valor calórico de los principales componentes es:
- Carbohidratos: 4 kcal por gramo
- Proteínas: 4 kcal por gramo
- Grasas: 9 kcal por gramo
- Alcohol: 7 kcal por gramo
Aunque el término “caloría” es común, en nutrición se utiliza más frecuentemente la kilocaloría (kcal), y en algunos contextos también se usa el kilojulio (kJ).
¿Cuántas calorías necesitamos al día?
La cantidad de energía que necesita una persona varía según múltiples factores y se calcula a partir del gasto energético total, que incluye:
- Metabolismo basal: la energía que el cuerpo necesita en reposo para funciones vitales.
- Efecto termogénico de los alimentos: el gasto calórico necesario para digerir y metabolizar los alimentos.
- Actividad física: cualquier tipo de movimiento o ejercicio físico.
- Factor de lesión o enfermedad: el cuerpo requiere más energía cuando está en proceso de curación.
El equilibrio entre las calorías que consumes y las que gastas es lo que determina el peso corporal. Un exceso calórico puede llevar al aumento de grasa corporal, mientras que un déficit puede generar pérdida de peso, y si es prolongado, también malnutrición.
¿Y los niños, cuántas calorías necesitan?
En el caso de los niños, las necesidades también varían según la edad y el nivel de actividad. Se recomienda un rango entre 1,600 y 2,200 kcal diarias para los niños y niñas en edad escolar. Durante la pubertad, las niñas suelen requerir más calorías que los niños. Lo ideal es evitar el consumo excesivo de calorías vacías (como dulces y refrescos) y fomentar una dieta equilibrada junto con ejercicio diario.
Calorías durante la enfermedad
Cuando una persona está enferma, como en el caso de un tratamiento contra el cáncer, puede perder el apetito. Sin embargo, es fundamental mantener una ingesta adecuada de calorías y proteínas para ayudar al cuerpo a enfrentar la enfermedad y los efectos del tratamiento. Comer pequeñas porciones varias veces al día, priorizar alimentos ricos en nutrientes y evitar llenarse con líquidos antes de las comidas son algunas recomendaciones útiles.
Calorías en el embarazo
Durante el embarazo, las necesidades calóricas cambian significativamente, especialmente a partir del segundo trimestre. En promedio:
- Primer trimestre: no se requiere un aumento significativo.
- Segundo trimestre: +340 kcal diarias.
- Tercer trimestre: +450 kcal diarias.
Este incremento es necesario para respaldar el desarrollo del feto, el aumento del metabolismo materno y el crecimiento de nuevos tejidos. Un desequilibrio, tanto por exceso como por defecto, puede generar riesgos como bajo peso al nacer, obesidad materna o complicaciones en el parto.
¿Qué hace el cuerpo con las calorías?
Una vez que consumimos alimentos, el cuerpo descompone sus nutrientes y distribuye la energía según las necesidades: para el funcionamiento de órganos, movimiento muscular o almacenamiento. Si ingerimos más calorías de las que gastamos, el exceso se almacena como grasa. Si comemos menos de lo necesario, el cuerpo empieza a usar las reservas de grasa y proteínas como fuente de energía.
Las calorías no son enemigas: son esenciales para vivir. El secreto está en consumirlas con conciencia, en las cantidades adecuadas y a partir de alimentos nutritivos. Así, no solo mantenemos un peso saludable, sino que también garantizamos el buen funcionamiento de todo nuestro organismo.