Hace 20 años debutaba en el cine como estrella infantil. Hoy, Lindsay Lohan se ha reinventado en empresaria hostelera de éxito, a medio camino entre Londres, Dubái y Grecia.
Lindsay Lohan, en la gala del Festival de Cannes de 2017.
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Esta semana se cumplen 20 años del estreno de Tú a Londres y yo a California, un remake de la película de 1961 que suponía el debut en cine de una nueva estrella infantil: Lindsay Lohan. Lohan tenía entonces 12 años, una carrera como actriz televisiva y las puertas abiertas del imperio Disney. Dos décadas, varios intentos de rehabilitación, un número aún mayor de detenciones, un reality con su hermana Dinah y dos exilios después –Dubái y Londres–, Lohan ha hecho de Grecia su patria veraniega, con una base de operaciones en forma de day club playero con su nombre: Lohan Beach Club Mykonos.
Allí, en la isla de Mykonos, donde hace dos años sufrió el enésimo episodio violento por parte de su entonces prometido, Egor Tarabasov, que acabó con su compromiso matrimonial. En ese momento, con 30 años recién cumplidos, Lohan dijo “basta”. Se replanteó su vida y la conclusión que alcanzó fue, como le contaba este verano al New York Times, “echar a todo el mundo de mi vida y recuperarles cuando estuviese lista”. Y ahora, aparentemente, lo está. El primer movimiento fue prestar su nombre a una discoteca en Atenas, de la que hace meses que se desvinculó. Y aprender de la experiencia a gestionarlo todo ella. Hasta las playlist que suenan en Lohan Mykonos cuentan con la mano de LiLo.
Fue en Nammos, la villa más cercana a su club, donde Lindsay Lohan decidió rehacer su vida. Allí se hospedó durante unos días con una familia, alejada del lujo y las fiestas. Y allí se dio cuenta de que Mykonos era más que un lugar donde tener la última trifulca con su prometido: se trata de una de las eternas candidatas a destronar a Ibiza. Cuenta con varios clubes en sus playas y discotecas en su interior con carteles y ambiente a la altura de la isla balear. Hasta uno de los top 10 permanentes en el mundo DJ, Afrojack, decía hace ya cuatro años, que la gente mirase más a Mykonos que a Ibiza.
El éxito del beach club de Lohan, diseñado para el público diurno –abre de 10 de la mañana a 10 de la noche– y situado en una de las mejores playas de Mykonos –Kalo Livadi, más de 10 kilómetros de arena blanca y fina y aguas turquesas como para satisfacer el Instagram más exigente–, ha hecho que la actriz y empresaria se plantee abrir un segundo club propio en Rodas. Y esa aventura empresarial va camino de convertirse en un reality para MTV. Uno del que, cuentan en Page Six, se encargará la misma productora del show de las Kardashians, archienemigas del clan Lohan.
Una de las invitadas será la escritora Tina Seskis, que visitará a Lohan en Grecia este verano y con la que espera escribir a medias el guion de The Honeymoon, el libro con el que pretende volver al cine. A Estados Unidos solo acude a visitar a su familia, y con razón: es un país donde el hoy presidente bromeaba, cuando Lohan acababa de cumplir 18 años, sobre sus pecas y su salud mental como indicadores de su potencial en la cama.
Lohan por fin se siente centrada, tras haber vivido en 20 años en cuatro países distintos, haber rozado cielos e infiernos por igual y jurar en todas partes que la LiLo fiestera de los excesos, las drogas y las detenciones ha quedado tan atrás como la estrella infantil de Disney. ¿Su siguiente plan? Diseñar su propia isla artificial en Dubái.
Fuente: revistavanityfair.es