El uso de antibióticos se relaciona erróneamente con el tratamiento de infecciones virales como la gripe, lo que puede generar serios riesgos tanto individuales como colectivos. La resistencia bacteriana es una de las mayores amenazas para la salud global.
Es crucial dejar claro que los antibióticos no son efectivos contra la gripe ni otras enfermedades causadas por virus. Además de no curar estas infecciones, su uso indebido puede acarrear graves consecuencias para la salud. Según el doctor David Martín, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), estos medicamentos están indicados únicamente en casos de infecciones bacterianas confirmadas, que son una minoría, o en pacientes con afecciones graves como la EPOC.
Los antibióticos actúan exclusivamente sobre bacterias y no afectan a virus, hongos ni parásitos, explica el médico Vicente Baos. En el caso de infecciones virales, el tratamiento debe ser sintomático, utilizando medicamentos como paracetamol o ibuprofeno para aliviar los síntomas, sin que estos curen la enfermedad.
Riesgos de usar antibióticos de forma indebida
El abuso de antibióticos puede alterar el equilibrio de las bacterias beneficiosas del cuerpo, causando efectos secundarios como diarrea o infecciones por hongos, como la candidiasis. A nivel colectivo, el uso excesivo contribuye al desarrollo de resistencia bacteriana, un fenómeno en el que las bacterias evolucionan para volverse inmunes a los medicamentos, complicando su tratamiento.
Situación en España
Aunque España ha logrado reducir el consumo de antibióticos en un 6,7% entre 2019 y 2022, sigue estando entre los países de mayor consumo en Europa. Según el informe del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, estrategias como la vacunación y tratamientos innovadores como la fagoterapia podrían ser claves para combatir la resistencia bacteriana.
Las vacunas, además de prevenir infecciones, también refuerzan la inmunidad colectiva, reduciendo la propagación de patógenos en la comunidad. Este enfoque, junto con el uso adecuado de los antibióticos, es fundamental para frenar el avance de las resistencias antimicrobianas.