Por Miguel Ángel Cid Cid
Solamente la muerte es capaz de obligarlos a retirarse.
¿Cuál es la función principal de un líder frente a sus seguidores?
La función principal de un líder frente a sus seguidores consiste en propiciar la formación de estos. Transferirles capacidades, de manera que puedan continuar el trabajo de transformación social. Prepararlos para que sean los sucesores del líder.
Félix Castillo (1960-1992) lo expresa de la siguiente manera: “Debemos promover el nacimiento de una nueva generación de dirigentes, que se atrevan a coordinar los trabajos de todos, a facilitar con su aporte la participación de todos, sin miedo a ser sustituidos por otros que habrán de llegar y continuar las luchas”.
Pero aquí, en este país, la condición de líder se logra con una buena inversión de dinero. Para repartir fundas con raciones míseras de alimentos. Para regalar doscientos para los vicios, quinientos para un roncito. El café para el velorio, el ataúd para el difunto o una orden para comprar una receta falsa, etc.
Se desprende de lo anterior que, para ampliar esa loable labor social consistente en saciar los vicios se requiere de un presupuesto público. Por eso los políticos hacen lo que sea —sin importar principios ni ética— para conseguir un puesto en el gobierno.
Porque las arcas públicas son la inyección más efectiva para garantizar un crecimiento como líder. Mientras más cuantioso es el presupuesto, mayor será el liderazgo.
Por derivación, es probable que un político carezca de condiciones para liderar grupos ni grandes ni pequeños. Pero si de repente lo nombran ministro, así de repentino se produce la transformación. En lo que pestaña un pollo el nuevo ministro comienza a armar su proyecto presidencial. Y si es en el Ministerio de Educación, el liderazgo es más arrollador.
Leonel Fernández Reyna, expresidente de la República Dominicana, explicó el fenómeno con precisión de relojero suizo. Él dijo: “el compañero que reparte los sobres amarillos es el mejor de todos los líderes”.
Los sobres amarillos estaban repletos de premios…
Pero mantener un liderazgo a ese precio precisa de un trabajo tesonero. Nada se logra sin disciplina férrea, sin métodos eficientes.
Por ello, hay que mantener un cabildeo constante para conseguir un puesto en el gobierno de turno. Inclusive, en muchas ocasiones estos héroes de la política se ven obligados a brincar de un partido a otro. Es un sacrificio para así mantener su liderazgo sirviendo a los necesitados.
Sostener el nivel de líder repartidor logrado es una ardua labor. Por eso se hace necesario dejar de lado la solución de los problemas que lo catapultaron en el pedestal que ostenta. El tiempo no le alcanza.
Es imposible, debido a lo anterior, sacar tiempo para seguir luchando por la solución de problemas sociales. El tiempo de retomar esa lucha llegará en otro momento.
Por otro lado, es una locura eso que dice Félix Castillo, dizque que hay que enseñar a los seguidores a ser líderes. ¿Quién en su sano juicio va a crear su propia competencia? No. el que quiera ser líder que aprenda por su cuenta.
Miguel Ángel Cid
[email protected] Twitter: @miguelcid1