Las personas que son infieles pueden darle a su amante la «sensación» de una relación pero, nada más.
En las relaciones secundarias, quien hace el papel de infiel quiere obtener algo de esta nueva relación sin cortar la seguridad que le brinda la relación principal, pero la persona que tiene el papel de amante tiene que sufrir muchas cosas.
La «amante» suele sufrir porque en el fondo tiene la esperanza de convertirse en «la oficial» y recibir así estos detalles que no puede por ser la otra parte de una relación clandestina.
- Prioridad: una persona infiel puede ver a su amante como un escape, pero en momentos importantes el infiel preferirá pasarlo con su pareja oficial, por ejemplo en festividades como Navidad o Año Nuevo.
- Tiempo: al igual que no será una prioridad, la amante simplemente será el pasatiempo al que le puede brindar un par de horas a la semana, pues si le da un poco más de tiempo puede empezar a levantar sospechas.
- Exposición: el problema con la relación que llevan es que es a escondidas, por lo que no podrán salir con libertad en público ni podrá exponerla en sus redes sociales.
- Cero fidelidad: una persona que es hedonista y disfruta de los placeres será infiel durante toda su vida, y con todas sus parejas, porque nunca va a cambiar.
- Formalizar: puede que sea algo «romántico» ser el secreto de alguien, pero eventualmente quien hace de amante querrá más de su pareja. Sin embargo, algunos estudios han determinado que la relación principal puede cortar y formalizar con la siguiente, pero siempre tendrá esta idea de que es «la otra».
El Confidencial
