En el escándalo han quedado involucrados artistas de renombre mundial.
Paris Hilton posee un bolso valorado en 71 mil dólares, Brad Pitt tiene un auto de 373.097 dólares y Sean «Diddy» Combs gastaba cerca de 200 mil dólares en cada una de sus fiestas.
Si bien las excentricidades son comunes en Hollywood, las de Diddy, también conocido como Sean Combs, han generado gran controversia, ya que se le acusa de haber conspirado para cometer crímenes como crimen organizado, tráfico sexual, fraude, coerción y trata de personas para prostitución forzada.
Estas fiestas, llamadas «Freak offs», se convirtieron en escenarios de encuentros sexuales abusivos entre múltiples personas, que Combs observaba y a veces grababa, según se menciona en la acusación penal federal de 14 páginas en su contra.
Para el gobierno estadounidense, estos eventos eran verdaderos «espectáculos de terror» y producciones sexuales elaboradas, donde se consumían drogas en grandes cantidades y se practicaba sexo forzado. Las víctimas quedaban tan agotadas que necesitaban ser rehidratadas por vía intravenosa para recuperarse. El gobierno sostiene que Combs utilizaba los videos como herramienta para chantajear a los participantes y evitar que lo denunciaran.
Según Emily Johnson, fiscal del caso, las actividades de los «Freak offs» son el centro de la investigación, y representan un grave peligro. Esta situación se dio a conocer cuando Casandra Ventura, ex pareja de Combs, presentó una demanda civil.
Ventura relató que estas fiestas se realizaban en lujosas habitaciones por todo el país, y que ella era obligada a bañarse en aceite de bebé y tocar a prostitutos mientras él filmaba. Durante las redadas, las autoridades confiscaron cerca de mil frascos de esta sustancia. Aunque el abogado de Combs, Marc Agnifilo, cuestionó la cifra, insinuó que probablemente estos recipientes se usaban para las orgías.
En la demanda también se mencionó que Combs trataba estos encuentros como un proyecto artístico personal, ajustando la iluminación con velas para grabar mejor los videos.
Lo que desconcierta a las autoridades es que recién en marzo se conocieron detalles de estas fiestas, a pesar de que desde 2012 había rumores al respecto. David Adler, fundador del sitio de marketing BiZBash Media, comentó hace 12 años que las fiestas reunían hasta 400 personas y que el dinero provenía del presupuesto de marketing de Diddy, ya que organizar estos eventos era más barato que pagar publicidad.
Estas fiestas requerían equipos que trabajaban para P Diddy. Aunque no se menciona a ninguno de ellos en la acusación, se describe un grupo encargado de buscar a los prostitutos, reservar las habitaciones de hotel y arreglar los desperfectos tras las sesiones. Sin embargo, ninguno denunció lo sucedido, presuntamente por miedo a las amenazas de Combs, quien utilizaba las grabaciones para intimidarlos.
Según Damian Williams, fiscal del distrito sur de EE. UU., Combs aprovechó su negocio y a sus empleados, como supervisores de alto rango, asistentes personales, personal de seguridad y empleados domésticos, para llevar a cabo estas actividades.
A pesar de que el abogado de Combs no ha confirmado ni desmentido la información, se ha visto a Diddy en fotos antiguas con Jay-Z, Beyoncé, Leonardo DiCaprio, Jennifer López, las Kardashian, Ashton Kutcher y Paris Hilton.
Leonardo DiCaprio comentó que no ha tenido contacto con Diddy en años, y aunque asistió a algunas de sus fiestas, no tuvo participación en las actividades ilegales que se le atribuyen.
El abogado de Combs indicó que pronto se revelará una lista de todos los implicados. La próxima audiencia está fijada para el miércoles 9 de octubre, presidida por el juez Arun Subramanian.