Hablar de la capital del mundo debiera significar la máxima expresión en todo su género y diversificación, pero en la realidad en muchos aspectos en nada supera a lo que se ve o se vive en cualquier país tercermundista.
Es precisamente lo que ocurre en la televisión hispana de la «Gran Manzana«, donde contamos con dos cadenas internacionales de televisión, en una ciudad cosmopolita como New York conformada por comunidades de diferentes etnias.
Entendemos que debe ser una tarea difícil el lograr satisfacer a todo el conglomerado, considerando que el denominador común entre todos sus habitantes sigue siendo el deseo de concepción con nuestras raíces y costumbres.
Pero lamentablemente para estas cadenas televisivas el ente común entre todas las comunidades son los chismes faranduleros y los casos trágicos que ocurren en nuestros países y en nuestro entorno comunitario.
Son 24 horas sin ningún tipo de aporte socio-cultural, en ocasiones con figuras que dan a entender que viven en dichos canales y, únicamente cambian de vestuario, de nombre de programa y de horario.
La poca variedad y creatividad la sustentan con novelas y películas que no logran competir con el contenido de las plataformas streaming, razón por la que no logran cautivar a las nuevas generaciones.
Ojala y estas cadenas de televisión conjuntamente con su personal administrativo y de producción, logren entender que como comunidad somos más que chismes faranduleros y noticias trágicas.
