Logra un importante avance al poner en funcionamiento el canal para desviar el río Masacre en Juana Méndez, desafiando la oposición del presidente Abinader y otras autoridades dominicanas. Sin embargo, las preocupaciones sobre los impactos ambientales y sociales persisten
Por Juan Pablo Bourdierd
Dajabón, RD.- En un giro sorprendente, las autoridades haitianas han logrado poner en funcionamiento el canal diseñado para desviar el curso del río Masacre en Juana Méndez, desafiando abiertamente la oposición del presidente Luis Abinader y otras autoridades dominicanas que se oponían firmemente a la construcción de este canal. La inauguración del canal marca una victoria significativa para Haití y sus esfuerzos por garantizar un suministro adecuado de agua, aunque plantea nuevas tensiones en las relaciones entre ambos países.
La puesta en marcha del canal ha provocado de inmediato una disminución en el caudal del río, lo que ha generado preocupación entre los agricultores de la zona. Leybis Sanders, presidente del sistema de riego local, ha advertido sobre los posibles efectos devastadores que esta reducción en el caudal del Masacre podría tener en la agricultura, la vida silvestre y la ganadería de la región. Estas preocupaciones resaltan la importancia de abordar los impactos ambientales y sociales de manera integral en proyectos de esta magnitud.
La decisión de desviar el río Masacre ha sido objeto de controversia desde sus primeras etapas de planificación, con voces tanto a favor como en contra en ambos lados de la frontera. Si bien Haití ha argumentado que el canal es vital para abordar la escasez de agua en el país, las autoridades dominicanas han expresado preocupaciones sobre los posibles efectos negativos en el ecosistema local y en las comunidades que dependen del río.
La inauguración del canal representa un desafío directo al liderazgo del presidente Abinader y sus intentos de detener la construcción del mismo. Este evento podría tener repercusiones significativas en las relaciones diplomáticas entre Haití y la República Dominicana, así como en el futuro de la cooperación bilateral en cuestiones ambientales y de desarrollo.
A medida que se desarrolla esta situación, queda por ver cómo responderán las autoridades dominicanas y qué medidas tomarán para abordar los efectos del desvío del río Masacre en su territorio. Mientras tanto, en Haití, la puesta en marcha del canal representa un hito importante en la búsqueda de soluciones para sus desafíos de agua y desarrollo.
