El cardenal Robert F. Prevost, agustino de 69 años y cercano a Francisco, es el Pontífice 267º de la Iglesia y fue obispo en Perú, país al que ha estado vinculado más de 40 años
Ciudad del Vaticano.– ¡Habemus papam! La tan esperada fumata blanca se alzó desde la chimenea de la Capilla Sixtina este jueves, confirmando que los 133 cardenales reunidos en el cónclave han alcanzado el consenso necesario para elegir al nuevo papa. La elección se logró tras cuatro rondas de votación, y ahora el mundo católico aguarda con expectación el anuncio oficial del nombre del nuevo pontífice.
La elección se desarrolló con una agilidad similar a la de los últimos dos cónclaves. En 2005, bastaron también cuatro votaciones para la elección de Benedicto XVI, y en 2013, el papa Francisco fue electo en la quinta. En esta ocasión, la decisión se tomó en apenas dos días, lo que refleja un consenso más claro de lo que se preveía inicialmente entre los cardenales electores.
El nuevo papa, que se convertirá en el 267º líder de la Iglesia católica, fue elegido con los 89 votos necesarios, equivalentes a los dos tercios del total de cardenales participantes. Aunque su identidad aún no ha sido revelada, será el protodiácono quien suba al balcón central de la Basílica de San Pedro para anunciarlo con la tradicional frase en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam”.
En cuestión de minutos, el nombre del nuevo líder espiritual de los más de 1,400 millones de católicos en el mundo será conocido, así como el nombre que ha escogido para su pontificado. Inmediatamente después, el nuevo papa aparecerá por primera vez en público para impartir su bendición Urbi et Orbi.
La emoción se desató en la Plaza de San Pedro apenas se divisó el humo blanco. Las campanas de la basílica comenzaron a repicar con fuerza, convocando a los fieles que desde temprano hacían vigilia, pese a la segunda fumata negra emitida en horas de la mañana. La multitud, que creció rápidamente, rompió en aplausos, lágrimas y cánticos de júbilo.
Muchos de los presentes ondeaban banderas de sus países y entonaban oraciones mientras esperaban el momento histórico. Grupos de peregrinos, turistas y romanos se unieron en un solo sentimiento de fe y esperanza ante la inminente aparición del nuevo sumo pontífice.
A lo largo de la tarde, la Plaza de San Pedro se transformó en un gran escenario de unidad religiosa. Jóvenes y adultos compartían reflexiones sobre el significado de esta elección, especialmente en una Iglesia que se enfrenta a desafíos sociales, morales y estructurales en todo el mundo.
Este cónclave ha sido descrito como el más multicultural en la historia de la Iglesia, con cardenales provenientes de los cinco continentes y con una variedad de perfiles que reflejan el rostro cambiante del catolicismo global. Los nombres más sonados antes de la fumata blanca incluían al cardenal Pietro Parolin, al estadounidense Francis Robert Prevost y al francés Jean-Marc Aveline.
A pesar de las especulaciones, el nombre del nuevo papa se ha mantenido bajo estricta confidencialidad, como es tradición, hasta el anuncio oficial. La atención se centra ahora en conocer el enfoque pastoral y político del nuevo líder, así como el rumbo que imprimirá a la Iglesia en los próximos años.
En el interior del Vaticano, se están realizando los preparativos para la ceremonia de presentación. El protodiácono, vestido con ornamentos litúrgicos, ya se encuentra listo para subir al balcón. Mientras tanto, millones de personas alrededor del mundo siguen la transmisión en directo, conectados por la emoción del momento.
Este hito marca el inicio de una nueva etapa en la historia de la Iglesia católica. Los retos del nuevo pontífice serán numerosos: desde la reforma interna hasta el papel de la Iglesia frente al cambio climático, la migración, los abusos sexuales y el papel de la mujer en la estructura eclesial.
En las próximas horas, el Vaticano dará a conocer el nombre del nuevo papa y su biografía oficial. La comunidad internacional espera además el primer discurso del nuevo líder, en el que probablemente marcará las prioridades de su pontificado.
La jornada concluye con un mensaje claro de unidad y renovación. La elección del nuevo papa no solo simboliza continuidad espiritual, sino también una oportunidad de revitalizar la fe católica en tiempos de incertidumbre global. #chismolandia