Hoy en día, los cargadores para teléfonos móviles y portátiles han experimentado una evolución significativa. Los cargadores grandes y voluminosos que solían ocupar casi toda la regleta son cosa del pasado. Ahora, son más compactos y diseñados de manera más eficiente.
Algunas marcas incluso ofrecen distintas opciones de diseño: algunos cargadores son de una sola pieza, mientras que otros separan el adaptador de corriente del cable, lo que proporciona mayor flexibilidad de uso.
Los teléfonos móviles de gama alta suelen venir con cargadores que incluyen puertos USB-C, los cuales se han convertido en el estándar debido a su capacidad para transferir energía y datos de manera eficiente.
Sin embargo, muchos dispositivos de gama media y baja todavía utilizan el tradicional puerto USB-A. Aunque menos avanzado, el puerto USB-A permite conectar cables de datos de forma sencilla y resulta práctico si el cable original se avería.
Tal vez te hayas preguntado qué pasaría si conectas una memoria USB al puerto USB-A de un cargador de móvil y lo enchufas a la corriente. ¿Podría explotar? ¿Sufrirían daños tu dispositivo o la memoria?
¿Es peligroso conectar un pendrive al cargador del móvil?
Para resolver estas dudas, se llevó a cabo un experimento. Al conectar una memoria USB al puerto USB-A de un cargador y luego enchufarlo a la corriente, se comprobó que no ocurre nada explosivo ni dañino.
El pendrive no sufrirá daños, pero tampoco funcionará como lo haría al estar conectado a un ordenador o a un dispositivo capaz de leer o escribir datos.
Según el portal ComputerHoy, esto se debe a que los cargadores de móviles están diseñados únicamente para transferir energía eléctrica, no para procesar datos. Por lo tanto, al conectar una memoria USB a un cargador, este solo suministra corriente, sin interactuar de ninguna manera con la memoria.
Es importante comprender que este experimento no tiene ninguna utilidad práctica, ya que el pendrive no se cargará ni cumplirá ninguna otra función aparte de almacenar datos cuando esté conectado a un dispositivo adecuado, como un ordenador o un móvil con un puerto USB.
Cabe destacar que, en el mejor de los casos, el cargador simplemente ignorará la memoria USB y no ocurrirá nada. Sin embargo, en el peor de los escenarios, podría producirse un cortocircuito o dañar la memoria, el cargador, o ambos, especialmente si se utilizan cargadores de baja calidad o no homologados.