Emma Watson asumió un rol muy diferente al de Hermione Granger en la película The Bling Ring (2013), dirigida por Sofia Coppola. Después de diez años interpretando a la famosa bruja de Harry Potter, Watson decidió aventurarse fuera de su zona de confort con este proyecto. En The Bling Ring, interpretó a Nicki, una joven subversiva y criminal, parte de un grupo de adolescentes obsesionados con la fama que robaban en las casas de celebridades. Este papel, que representaba un estilo de vida completamente opuesto al suyo, fue uno que la actriz decidió luchar por conseguir.
Watson reveló en una entrevista con GQ en 2013 que, aunque el personaje era el antítesis de sus valores, la historia de The Bling Ring, que aborda la fama y su impacto en la sociedad, la atrajo profundamente. «De verdad quería interpretarlo», dijo, añadiendo que el personaje de Nicki era superficial, materialista y amoral, cualidades que ella no compartía, pero que le interesaban como desafío actoral.
El principal atractivo de este proyecto para Watson fue la oportunidad de trabajar con la directora Sofia Coppola. La actriz explicó que no toma decisiones basadas en los papeles en sí, sino en los directores, ya que cree que los roles que transforman a los actores son los más interesantes. En este caso, Nicki representaba una oportunidad para explorar un tipo de personaje completamente nuevo para ella.
A pesar de su éxito comercial, con una recaudación de más de 20 millones de dólares, The Bling Ring no tuvo una recepción crítica unánime. Los críticos elogiaron la dirección de Coppola, pero consideraron que el filme no profundizaba lo suficiente en los personajes ni en sus motivaciones.