La juventud se enfrenta a cambios evolutivos, físicos y emocionales, que pueden generar un cuadro complejo de estrés.
La psicóloga Aracely Téllez, especialista en salud mental, señala que los detonantes del estrés en los jóvenes incluyen las cargas educativas, el aislamiento del mundo exterior, la falta de socialización, las largas horas en el tráfico, el exceso de trabajo y las malas relaciones interpersonales, entre otros.
Fases del Estrés y sus Señales
Estrés normal (Primera fase):
En esta fase, el estrés se manifiesta por la sobrecarga de actividades. La persona siente presión y angustia debido a una necesidad o situación específica.
Estrés agudo (Segunda fase):
En esta fase, el joven comienza a aislarse, pierde el interés en comer y deja de participar en actividades que antes disfrutaba, como deportes o pasatiempos. Su rendimiento académico decae, y puede volverse irritable, lo que puede llevar a conflictos con sus compañeros y un posible consumo de sustancias. Este estrés agudo puede desencadenar problemas más serios, como el abuso de drogas.
Estrés postraumático (Tercera fase):
Esta es la fase más delicada, provocada por un conflicto social significativo. Es crucial detectarlo a tiempo para evitar que se convierta en un problema postraumático. La intervención adecuada, junto con el tratamiento psicológico, es esencial para la recuperación.
Un Gran Impacto en la Salud
Es fundamental que los jóvenes socialicen y participen en actividades recreativas para manejar mejor el estrés. Reuniones, deportes y actividades sociales en un ambiente saludable pueden ayudar a mantener el equilibrio emocional.
Ana Luisa Olmedo, encargada de comunicación del Ministerio de Salud, advierte que el estrés es un factor de riesgo para diversas enfermedades, ya que afecta el sistema inmunológico, lo que puede provocar problemas gastrointestinales, depresión, ansiedad y acné. Además, la disminución de las defensas del cuerpo puede llevar a trastornos del sueño, enfermedades crónicas, hipertensión, diabetes y obesidad.
La salud mental es vital para una vida equilibrada, y es importante mantener un balance saludable para evitar que las actividades diarias alteren nuestra tranquilidad.
El Tráfico, Otro Causante del Estrés
El tráfico se ha convertido en uno de los principales enemigos de los guatemaltecos, ya que muchos pasan de 2 a 3 horas diarias en el carro. Este estilo de vida tiene graves consecuencias para la salud mental.
El psicólogo clínico Luis Alberto Guiguí explica que el tráfico es «una problemática seria a nivel de salud mental» debido a varias razones.
Guiguí señala que estar atrapado en un atasco afecta físicamente, generando tensión innecesaria en el sistema nervioso. Esto aumenta los niveles de estrés y afecta nuestra vida en general. Además, el gasto de gasolina y el tiempo extra en el trabajo para evitar el tráfico contribuyen al desgaste emocional.
«Todo lo que provoca el tráfico genera malestar a nivel emocional y psicológico», comenta Guiguí, quien también menciona la angustia de llegar tarde a compromisos, lo que produce enojo, frustración y la pérdida de momentos familiares importantes.