Un estudio reciente publicado en la revista Eurosurveillance ha detectado la presencia del parásito Toxoplasma gondii en 1 de cada 25 bolsas de ensalada listas para consumir, lo que ha generado cierta preocupación entre los consumidores. Aunque los expertos insisten en que estas ensaladas siguen siendo una opción saludable, recomiendan tomar precauciones para evitar posibles infecciones.
El estudio analizó 3,293 muestras de ensalada procedentes de diez países europeos —incluidos España, Italia y Portugal— y halló restos del parásito en un 4,1 % de los productos. Aunque en la mayoría de los casos la toxoplasmosis —la infección que causa este parásito— es leve o asintomática, puede representar un riesgo para personas inmunodeprimidas o mujeres embarazadas.
José Antonio López Guerrero, neurovirólogo, explica que T. gondii es un protozoo común y que gran parte de la población ha estado expuesta a él sin mayores consecuencias. Sin embargo, en determinados grupos puede provocar fiebre, dolores musculares, o incluso complicaciones más serias.
El principal origen del parásito son los excrementos de gato, que pueden contaminar el agua de riego o directamente los cultivos si hay presencia de felinos en las granjas. Según José Ramos Vivas, microbiólogo de la Universidad Europea del Atlántico, estos ooquistes pueden sobrevivir en el ambiente hasta encontrar un nuevo huésped, como un humano, a través del consumo de vegetales contaminados.
Aunque el estudio detectó ADN de toxoplasma en las bolsas, no se puede asegurar si los restos eran infecciosos, ya que la técnica usada (PCR en tiempo real) no distingue entre parásitos vivos y muertos. Aun así, el hallazgo sugiere una posible correlación entre la presencia del material genético y ooquistes viables, por lo que conviene ser precavidos.
Recomendaciones clave para evitar la infección:
- Volver a lavar las hojas de ensalada, incluso si el empaque dice que están listas para consumir.
- Guardar en refrigeración cualquier sobrante una vez abierta la bolsa.
- Lavarse bien las manos antes de manipular los alimentos.
Los especialistas recuerdan que para la mayoría de personas sanas el riesgo es bajo, ya que muchas han desarrollado inmunidad tras exposiciones previas. Sin embargo, es importante extremar los cuidados en personas vulnerables y no confiar ciegamente en los procesos industriales de higiene.