Jennifer Gates, hija de Bill y Melinda Gates, celebró su boda de ensueño al lado de sus seres queridos. Los detalles y el costo de la ceremonia fueron dignos de realeza.
Jennifer se casó con el jinete Nayel Nassar y el enlace se celebró en el rancho de la familia en Westchester, Nueva York.
La famosa reveló una conmovedora imagen tras dar el sí en el altar en su cuenta de Instagram, donde se vio que el lujo no faltó.
Nayel nació en Chicago, Illinois. Estados Unidos y fue criado en Kuwait por sus padres egipcios Iman Harby y Fouad Nassar, ambos son fundadores y gerentes de Diwan Interiors International.
Actualmente tiene el puesto 44 en el mundo como jinete de salto y compitió en sus primeros Juegos Olímpicos en Tokio el verano pasado para el equipo de Egipto.
Nayel desarrolló y lanzó recientemente Jumpr, una nueva aplicación para mostrar resultados y estadísticas de saltos.
Jennifer es graduada de medicina de la Universidad de Standford y también es jinete profesional y se encuentra entre los 20 puestos en la Federación Ecuestre de Estados Unidos, en la categoría de salto de obstáculos.
Según algunos medios estadounidenses, el pasado viernes 15 de octubre la pareja se casó en una ceremonia secreta bajo el rito musulmán, luego fue el enlace por lo civil.
Durante la boda religiosa, celebrada el 16 de octubre, Jennifer usó un vestido de Vera Wang y se cambió para la fiesta con otro vestido de la misma diseñadora. El novio usó un traje de Armani.
La ceremonia fue en el exterior mientras el coctel se disfrutó dentro de un «jardín botánico» construido especialmente para este propósito, según Vogue.
Coldplay fue la banda encargada de amenizar el momento especial.
La celebración tuvo un costo de 2 millones de dólares,(Q15.480.000).
A la ceremonia asistieron 300 invitados tras un brunch de despedida. Para ser parte del evento, los convocados debían estar vacunados y tener una prueba reciente de coronavirus.
“Ha sido un año difícil, tanto a nivel colectivo, con la pandemia, como para nuestras familias, que están pasando por una transición. Pero nuestro amor mutuo ha sido una constante. Poder celebrar nuestra boda con nuestros amigos y familiares más cercanos ha sido un sueño hecho realidad”, dijo Jennifer en una entrevista con Vogue, pues antes de su enlace sus padres se divorciaron.
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