Al enojarte, permites que las emociones negativas te embarguen y pierdas el control. Pero descontrolarte no es el único riesgo que corres, tu salud también está en juego.
Un estudio reveló que no saber manejar las emociones negativas, como la ira, repercute en enfermedades crónicas.
Según la medicina china, cada emoción tiene relación con un órgano:
La ira daña el hígado.
La depresión daña el corazón.
La preocupación daña los pulmones.
El miedo daña los riñones y el estómago.
No se trata de contener las emociones, sino de aprender a manejarlas. Es normal que estas se hagan presentes en positivo o negativo, el problema radica cuando se adueñan de ti, al punto de dictar tu estado de ánimo, decisiones y vida.
Prepara tu cuerpo para recibir estas emociones:
Duerme: cuando estás cansado, tu humor cambia y explotas a la menor provocación. Dormir regenera tu cuerpo.
No tomes de manera personal: no es simple, pero procura ponerte en el lugar de la otra persona, así distraerás la emoción negativa.
No tomes decisiones cuando estés enojado: aprende a esperar, decide qué hacer cuando todo se haya calmado.
Piensa en las consecuencias: no pierdas por una simple emoción pasajera.
Haz ejercicio: cada persona es distinta, por lo que tu entrenamiento debe ser acorde a tu personalidad. El yoga es una actividad de relajación y, con un poco más de intensidad, puede servir para canalizar las emociones. Fuente
