Tener una o dos espinillas puede no ser un problema grave, pero cuando el acné se extiende por el rostro, es fundamental actuar rápidamente. Consultar con un especialista lo antes posible permite un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado para evitar cicatrices y secuelas permanentes. Aunque existen muchos remedios caseros populares, estos pueden ser peligrosos y empeorar la situación. Actualmente, los tratamientos médicos han demostrado ser altamente eficaces, combinando opciones tópicas, sistémicas y tecnológicas, como la fluorescencia de la luz.
La importancia de tratar el acné a tiempo
Según Leandro Martínez, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Regional Universitario de Málaga y portavoz de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el acné siempre debe tratarse de inmediato. «Es crucial consultar con un dermatólogo a tiempo para evitar que la afección avance y cause cicatrices permanentes», afirma. Por su parte, la dermatóloga Sara Carrasco advierte: «Si notas que las lesiones crecen, ya vas tarde. Hay que acudir al especialista cuando la piel esté sensible, los poros dilatados y los puntos negros sean persistentes».
Consecuencias de un tratamiento tardío
Las cicatrices del acné están directamente relacionadas con su gravedad. La dermatóloga Carrasco señala que «no existe una goma de borrar para eliminarlas». Además de cicatrices, un tratamiento tardío puede derivar en piel engrosada, textura irregular o glándulas blanquecinas. Corregir estas lesiones requiere tecnologías combinadas, lo que implica un proceso largo y costoso.
Tratamientos eficaces
El acné se presenta en distintas formas, como comedones abiertos (puntos negros), pústulas con cabeza amarilla (espinillas), nódulos y quistes. Para abordarlo, los dermatólogos recomiendan una combinación de tratamientos:
- Tópicos: queratolíticos (exfoliantes), antibióticos, peróxido de benzoilo y retinoides.
- Sistémicos: antibióticos orales, derivados de la vitamina A (Isotretinoína) y, en mujeres adultas, antiandrogénicos.
- Tecnológicos: en los últimos años se han incorporado terapias basadas en la fluorescencia de la luz y la fotobiomodulación con muy buenos resultados.
Errores comunes: no tocar las lesiones ni usar remedios caseros
Es crucial evitar manipular las espinillas, ya que esto puede empeorar la inflamación y causar cicatrices. Además, los remedios caseros no cuentan con respaldo científico y pueden ser peligrosos. Según la AEDV, productos como el limón, la sal, la miel o los aceites esenciales alteran la microbiota y el pH de la piel, pudiendo provocar hiperpigmentación, irritación o reacciones alérgicas.
Acné en adolescentes y mujeres adultas
Existen dos grupos especialmente afectados por el acné:
- Adolescentes: Entre el 80% y el 90% experimenta acné en distintos grados debido a cambios hormonales.
- Mujeres adultas: Un 25% de las mujeres de entre 20 y 30 años padece acné, que suele concentrarse en la barbilla y la mandíbula. Factores como el síndrome de ovario poliquístico, el estrés, la falta de sueño y una dieta irregular pueden influir.
Un estilo de vida saludable como prevención
Según Carrasco, más del 50% del acné en mujeres adultas está relacionado con el estilo de vida. Algunas recomendaciones para prevenir su aparición incluyen:
- Dormir bien y mantener horarios regulares de comidas.
- Evitar picos de insulina (por ejemplo, eligiendo un plátano en lugar de un donut como snack nocturno).
- Combinar ejercicios de bajo impacto (yoga, pilates, caminatas) con actividad física moderada.
Consulta con un especialista antes de gastar dinero en productos innecesarios
Acudir al dermatólogo puede evitar la compra innecesaria de productos ineficaces. «Muchas personas prueban mil productos sin obtener resultados. El tratamiento debe contener los principios activos adecuados para regular la glándula sebácea, y esto solo lo puede determinar un dermatólogo», concluye Carrasco.