El consumo excesivo de alimentos muy picantes puede tener efectos adversos inmediatos en el organismo, según advierten varios estudios recientes. Aunque no está claro el impacto a largo plazo sobre enfermedades como el cáncer, lo cierto es que ingerir altas dosis de capsaicina —el compuesto responsable del picor— puede causar desde molestias digestivas hasta síntomas más graves.
El doctor Miguel Ángel Lurueña, especialista en ciencia y tecnología de los alimentos, explica que el picante no es un sabor, sino una sensación de dolor provocada por compuestos como la capsaicina, presente en los chiles, o la piperina y el gingerol, hallados en la pimienta y el jengibre. El pimiento más picante del mundo, conocido como Pepper X, alcanza los 3.18 millones en la escala Scoville (SHU), una cifra colosal si se compara con los 8,000 SHU de un jalapeño.
Efectos inmediatos: mucho más que ardor
El Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos (BfR) recopiló en 2024 los peligros de consumir grandes cantidades de alimentos picantes, especialmente en productos procesados como chips ultra-picantes o durante retos virales con chiles extremos. Según el informe, los efectos negativos pueden aparecer incluso con cantidades comunes para los fanáticos del picante.
Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
- Ardor en el sistema digestivo
- Acidez, reflujo y náuseas
- Dolor abdominal y torácico
- Vómitos, sudoración fría, mareos y alteraciones en la presión arterial
Incluso se han reportado casos de hospitalización por dolor abdominal severo tras consumir grandes dosis de capsaicina. Si bien aún no se ha definido un umbral claro de toxicidad, se estima que efectos graves podrían surgir a partir de 170 mg de capsaicina. Sin embargo, incluso con dosis menores —de apenas 0.5 a 1 mg— pueden aparecer molestias como sensación de calor o acidez.
¿Y los riesgos a largo plazo?
En cuanto al impacto en la salud a largo plazo, la evidencia científica es ambigua. Algunos estudios sugieren una posible relación entre el consumo frecuente de picante y ciertos tipos de cáncer, como el de estómago, aunque otras investigaciones descartan esta conexión.
Lo que sí parece estar más claro es que el consumo habitual de picante no aumenta la mortalidad general. De hecho, un estudio observacional publicado en 2015 señala que quienes comen picante casi a diario podrían tener un 14% más de probabilidades de vivir más tiempo que aquellos que lo consumen con menos frecuencia.
Además, a diferencia del mito popular, el picante no causa úlceras estomacales. Eso sí, puede agravar síntomas en personas con ciertas afecciones preexistentes, como:
- Gastritis o úlceras gastroduodenales
- Reflujo gastroesofágico
- Síndrome de intestino irritable
- Hemorroides
- Enfermedades hepáticas
También se recomienda precaución en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
En resumen
Aunque el picante en dosis moderadas puede formar parte de una dieta saludable e incluso tener beneficios, abusar de él —especialmente a través de retos virales o productos ultraprocesados— puede traer consecuencias negativas. Como en todo, la clave está en el equilibrio y en conocer nuestros propios límites.