Las intensas lluvias recientes anticipan una primavera-verano marcada por la proliferación de insectos, entre ellos las cucarachas, que representan un riesgo sanitario importante, especialmente en entornos de salud y alimentación.
Estos insectos urbanos, capaces de generar verdaderas plagas, pueden actuar como vectores de múltiples enfermedades. Dos especies destacan por su presencia en numerosos países, incluyendo España: la cucaracha alemana (Blattella germanica) y la cucaracha roja (Periplaneta americana), mal llamada “americana”. También son frecuentes otras especies como Blatta orientalis, Supella longipalpa y Periplaneta australasiae.
Estos insectos transportan bacterias, virus, hongos y parásitos en su cuerpo y su tracto intestinal. Al contaminar alimentos o superficies, facilitan la transmisión de patógenos responsables de enfermedades infecciosas como fiebre tifoidea, disentería y cólera.
Una revisión publicada en la revista Zoonoses advierte sobre la importancia de conocer los riesgos sanitarios asociados a las cucarachas, de cara a diseñar estrategias de control y prevención más efectivas.
Principales patógenos transmitidos por las cucarachas
La mayoría de los patógenos son bacterias que afectan el sistema digestivo y respiratorio. También transportan parásitos, hongos y, en menor medida, virus. Algunos ejemplos son:
- Bacterias: Escherichia coli, Salmonella, Shigella, Staphylococcus aureus, Klebsiella, entre otras.
- Parásitos: Ascaris lumbricoides, Taenia, Entamoeba histolytica, Cryptosporidium.
- Hongos: Candida, Aspergillus, Penicillium.
- Virus: Norovirus, Astrovirus y Zarovirus.
Enfermedades y síntomas asociados
La exposición a patógenos transmitidos por cucarachas puede causar:
- Fiebre
- Dolor abdominal
- Diarrea
- Náuseas
- Asma
- Sepsis
- Disentería
- Tifus
- Tuberculosis
- Reacciones alérgicas
- Hepatitis A
- Meningitis
Los más vulnerables son niños, personas mayores e inmunodeprimidos.
Medidas de control y prevención
Aunque los métodos tradicionales, como la eliminación de hábitats y el uso de insecticidas, siguen aplicándose, su efectividad ha disminuido debido a la resistencia que han desarrollado las cucarachas, especialmente en hospitales.
Expertos proponen innovar mediante:
- Avances en biología molecular para detectar patógenos.
- Tecnologías genéticas como ARNi y CRISPR para controlar las poblaciones de cucarachas.
- Uso de insecticidas sostenibles y estrategias de manejo más sofisticadas.
La prioridad, concluyen los investigadores, debe ser apostar por intervenciones más efectivas y sostenibles para reducir los riesgos sanitarios que representan estos insectos.