¿Seguro que sabes cómo y para qué utilizar estos productos? Si quieres conseguir una piel perfecta te decimos qué es qué para que sigas un protocolo de limpieza y tratamiento adecuados.
No hace falta irse a los diez pasos de limpieza de las coreanas… o sí, eso ya depende del tiempo, la dedicación y las ganas que tengas, pero sí conviene limpiarse la cara todos los días, mañana y noche, y tratarse la piel. Y no de cualquier manera. Ahora bien, lo primero que tienes que saber es la diferencia de algunos productos, como el agua micelar, el tónico o la esencia, que igual estás usando, pero no lo haces bien, o que ni siquiera los usas porque no tienes ni idea de para qué sirven. Normalmente, estos tres productos son los más conflictivos: agua micelar, tónico y esencia, que ni se pueden intercambiar ni se deben aplicar en cualquier orden.
“El agua micelar, en realidad, es un tipo de formulación para limpiar la cara, lo mismo que lo es una leche o una espuma limpiadora, un gel, una mousse, un aceite desmaquillante, etc”, explica Antonia Álvaro, ingeniera química y fundadora de Sublime Oils. Lo cierto es que el agua micelar, aunque ya tiene unos años de recorrido, pues nació en Francia allá por 1995, aún sigue planteando cierta confusión. Lo primero que hay que decir es que el agua micelar parece agua, pero no lo es; se trata de un producto que incorpora micelas, unas partículas que son capaces de atrapar, como si fueran un imán, la suciedad, las toxinas, el maquillaje, las células muertas y el sebo de la cara. Al llevar en su composición grupos de pequeñas moléculas hidrofílicas (solubles en agua) y oleofílicas (afines a la grasa) este producto puede eliminar tanto las impurezas hidrosolubles como liposolubles. “Además, las aguas micelares, como no resecan la piel, se toleran muy bien en pieles sensibles y ayudan a retirar el exceso de sebo de las pieles grasas”, apunta la dermatóloga Andrea Combalia.
¿Cómo usarlo? El agua micelar nunca se debe aplicar con los dedos, sino empapando un disco de tela o de algodón y posándolo suavemente, a toques, sin arrastrarlo por la cara, y debe ser el primer paso de la rutina. Y una de las grandes ventajas que tiene el agua micelar frente a otros limpiadores es que no necesita aclarado. De todas maneras, te conviene mirar la etiqueta, ya que algunos expertos señalan que, en función de sus componentes, si bien no es lo habitual, el agua micelar puede requerir ser retirado con agua. “Este producto de limpieza no se elimina completamente de la piel cuando incorpora ingredientes sintéticos”, apunta la creadora de Sublime Oils. Y Raquel González, cosmetóloga y directora de educación de Perricone MD, añade: “Aquellas aguas micelares que lleven en su composición agentes como las saponinas sí requerirán de retirado mediante aclarado”.
¿Diferencias entre el agua micelar y el tónico?
En realidad no tienen nada que ver. Dicho esto, el agua micelar (siempre y cuando no deba ser retirado) hace también la función del tónico, por lo que este no sería necesario en el caso de usar como desmaquillante un agua micelar. Pero esto no funciona a la inversa, es decir, un tónico no puede nunca sustituir a un limpiador.
Cuando se utiliza un limpiador facial que no es agua micelar, el tónico debe aplicarse a continuación, como segundo paso de la rutina de belleza. De todas maneras, el tónico es uno de esos productos controvertidos, en el que los expertos no se ponen de acuerdo. Mientras que unos señalan que es básico usarlo, otros lo consideran prescindible. “Antes el tónico se consideraba un producto indispensable para concluir la limpieza pero hoy no. Todo dependerá del limpiador que utilicemos antes. Si usamos un jabón que altera el pH, el tónico nos ayudará a equilibrar la piel y restituir el pH a valores normales”, aclara la dermatóloga Natalia Jiménez en su libro ‘Ponte en su piel’ (Aguilar).
¿Diferencias entre el tónico y la esencia?
Las farmacéuticas Marián García y Gema Herrerías aseguran que si bien las esencias no son muy conocidas todavía, han venido para quedarse. “Por su textura acuosa y ligera podríamos pensar que son los nuevos tónicos, pero nada de eso. Se diferencian de los tónicos en que no son un complemento de la limpieza, sino parte del tratamiento intensivo diario”. Es decir, el tónico sería el segundo paso del ritual de belleza (si no usamos agua micelar) y la esencia iría en tercer lugar, antes del sérum o la crema. Lo mejor es aplicarla con los dedos y, por supuesto, no se aclara.
Rocío Escalante, farmacéutica experta en dermocosmética, señala que la esencia, o loción, no es un producto imprescindible en la rutina facial, como tampoco lo es el sérum. “En general, la esencia lo que hace es aumentar los beneficios de los tratamientos que se apliquen a continuación, como el sérum o la crema”.
“La esencia aporta confortabilidad, pero, además, en función de cómo esté formulada puede tratar diferentes problemáticas de la piel: manchas, acné …”, explica la química Antonia Álvaro. Y Herrerías añade: “En pieles grasas con seborrea se puede aplicar una esencia exfoliante dos veces al día. Y en pieles deshidratadas, una esencia hidratante. En pieles grasas y en climas calurosos y húmedos, incluso puede ser suficiente la aplicación de la esencia, reemplazando a la crema hidratante”.
Por cierto, tampoco las esencias deben confundirse con los sérums. “Su formulación distancia a estos dos cosméticos. Los sérums son elixires concentrados en principios activos, capaces de alcanzar las capas más profundas de la piel y cumplir los objetivos concretos para los que han sido diseñados, reforzando, regenerando, reparando y reactivando el corazón de las células. Sin embargo, la capacidad de penetración de las esencias es más superficial, pero abren el camino a la eficacia de los ingredientes selectos de los sérums”, concluye la especialista en estética Cristina Galmiche.
Estas son algunas de nuestras sugerencias:
Aguas micelares hay muchas, pero esta nos encanta especialmente, porque está tan bien formulada que puede usarse incluso si tienes la piel sensible, si tienes tendencia a que se te irrite o tienes una piel intolerante (y si no, también). Además retira superbién también el maquillaje de los ojos.
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El tónico, por lo general, no es imprescindible, pero si te has comprado este, que lleva el ingrediente de moda (la niacinamida), sería un pecado no usarlo. Además, no solo equilibra la piel, sino que es ideal para las pieles mixtas y grasas porque ayuda a controlar el exceso de sebo y a limpiar los poros para que sean menos visibles. Sin duda, un plus en la rutina de belleza. Para nosotras es un sí.
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Si vas a ponerte una esencia, que sea buena, como esta. Lleva activos antioxidantes para proteger la piel frente a los radicales libres, refuerza la barrera hidrolipídica y estimula la síntesis de ácido hialurónico, así que vas a tener una piel con un tono más uniforme, más lisa y superhidratada. Es de los mejores productos que he probado y te engancha porque ves resultados.
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