La gripe, una infección respiratoria aguda causada por un virus, se caracteriza por su alta capacidad de transmisión y su impacto significativo en la salud pública. Cada año, las epidemias estacionales generan un aumento en hospitalizaciones, mortalidad y demanda de recursos sanitarios.
¿Qué es la gripe?
La gripe es una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias causada por un virus altamente contagioso. Se transmite fácilmente a través de gotitas de saliva al hablar, toser o estornudar, y también por contacto con superficies contaminadas.
Incidencia:
- Las epidemias anuales afectan del 5% al 15% de la población general.
- En España, la temporada 2017-2018 registró 700.000 casos, 52.000 hospitalizaciones y se estima que 15.000 muertes estuvieron relacionadas con la gripe.
Causas:
- Virus de la familia Orthomyxoviridae (Influenzavirus A, B y C).
- Transmisión de persona a persona por secreciones respiratorias.
- Período de transmisibilidad: 24-48 horas antes de los síntomas hasta 5-6 días después.
Síntomas:
- Inicio brusco con fiebre y escalofríos.
- Dolor de cabeza, garganta, muscular y malestar general.
- Tos seca, congestión nasal, enrojecimiento e inflamación de garganta.
- En niños, otitis media y molestias abdominales.
- En ancianos, dificultad para respirar y producción de esputo.
Prevención:
- Vacunación: La principal medida preventiva, con composición anual establecida por la OMS.
- Higiene: Lavado frecuente de manos y limpieza del hogar.
- Medidas adicionales: Hidratación, cubrirse al toser o estornudar, descanso adecuado, evitar ambientes fríos y secos, y aislamiento en caso de infección.
Tipos de virus:
- A: Causa la mayoría de las epidemias anuales (subtipos H1N1 y H3N2).
- B: Brotes localizados.
- C: Infecciones leves o asintomáticas.
Diagnóstico:
- Clínico, basado en síntomas y contexto epidemiológico.
- Análisis de sangre y técnicas de diagnóstico molecular para confirmación y vigilancia.
Tratamientos:
- Enfocados en aliviar síntomas: descanso, hidratación, medicamentos para la fiebre.
- Antivirales: Pueden reducir la duración si se administran al inicio de los síntomas, reservados para casos especiales.
- Antibióticos solo en caso de complicaciones bacterianas.
Grupos de riesgo:
- Mayores de 65 años.
- Embarazadas.
- Niños menores de 2 años.
- Personas con enfermedades crónicas.
- Personas inmunodeprimidas.
- Cuidadores de pacientes de riesgo.
- Personal sanitario y otros servicios esenciales.
Recomendaciones adicionales:
- Evitar la automedicación con antibióticos.
- Consultar al médico ante síntomas graves o persistentes.
La concienciación sobre la gripe y la adopción de medidas preventivas son cruciales para proteger a la población, especialmente a los grupos de riesgo.