Muchos creen que ser ‘influencer’ es sencillo, que solo se trata de subir videos a TikTok. Sin embargo, Marta Hughes, que aspira a dedicarse a esta carrera y está estudiando en una universidad irlandesa, afirma que es mucho más complejo. Desde septiembre, ella está cursando «Creación de contenidos y redes sociales», un programa de cuatro años en la Universidad Tecnológica del Sudeste (SETU) en Carlow, a 80 km de Dublín.
Esta nueva carrera ha surgido recientemente y atrae a muchos jóvenes de la Generación Z, nacidos entre 1997 y 2012. Irene McCormick, directora del programa, destaca su rápido crecimiento. Inicialmente, McCormick ofreció un curso intensivo de verano, dirigido por TikTokers, que recibió 350 solicitudes para solo 30 plazas. Al ver la alta demanda, decidieron establecer el programa a nivel de diploma.
La formación capacita a los futuros ‘influencers’ para monetizar su contenido en plataformas como Instagram, TikTok y YouTube. Después de dos años de desarrollo, el curso fue oficialmente reconocido y comenzó el mes pasado con 15 estudiantes.
En el campus, los alumnos conversan, toman selfies y navegan en sus teléfonos. Harry Odife, de 22 años, dice que siempre le dicen que habla mucho, así que decidió intentar ganar dinero con eso a través de esta formación. La mayoría de los estudiantes ya están involucrados en el mundo digital, pero buscan conocimientos y herramientas adicionales.
El término ‘influencer’, que se refiere a personas con influencia en redes sociales que promueven productos a cambio de compensación, ha sido recientemente incluido en el diccionario. Los más populares, como los youtubers MrBeast y KSI, alcanzan grandes audiencias y generan importantes ingresos a través de patrocinios.
McCormick subraya el interés en cómo monetizar la influencia en línea. Favor Ehuchie, una peluquera de 18 años, comparte que publica sus peinados en TikTok e Instagram y desea aprender a convertir eso en un negocio. Marta Hughes, fanática de la equitación, menciona que las escuderías buscan personas que manejen bien las redes sociales.
El programa incluye cursos sobre creación de videos, emprendimiento, psicología, narración de historias, análisis de datos y producción de podcasts. Marta Hughes comenta que crear contenido implica más trabajo del que la gente imagina. Los estudiantes aprenden a manejar cámaras y micrófonos, y Naoise Kelly resalta que sentirse cómodos frente a la cámara es valioso, independientemente de su futuro profesional.
Según McCormick, hay muchas oportunidades laborales para los ‘influencers’. Aproximadamente el 70% de los especialistas en marketing consideran que son el futuro de la industria, y los gobiernos también los utilizan para transmitir mensajes. Aunque las publicaciones en redes sociales a veces pueden parecer triviales, McCormick enfatiza que ser ‘influencer’ es un negocio serio.