La balanitis es un término médico utilizado para describir la inflamación del glande en los hombres o, menos comúnmente, del clítoris en las mujeres. Cuando también se inflama el prepucio, se le denomina balanopostitis, aunque a menudo se usa el término balanitis para referirse a ambos casos.
Según Álvaro Páez Borda y Yenny Elizabeth Arroyo Rojas, jefe y residente del Servicio de Urología del Hospital Universitario de Fuenlabrada, «la balanopostitis afecta la piel del glande y del prepucio, siendo un proceso inflamatorio generalmente benigno que puede presentarse en hombres de todas las edades».
¿Cuál es la prevalencia de la balanitis?
Debido al infradiagnóstico, es difícil calcular la prevalencia exacta de esta enfermedad. No obstante, Javier Romero Otero, coordinador nacional del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología (AEU), estima que afecta alrededor del 11% de los pacientes que consultan por problemas genitourinarios.
Causas
Existen diversos factores que pueden causar la balanitis, entre ellos:
- Higiene inadecuada: La falta de higiene corporal adecuada puede permitir que los microorganismos de la flora local actúen como patógenos irritantes. Además, ciertos jabones pueden provocar irritación.
- Adherencias en el prepucio: Estas pueden llevar al desarrollo de balanitis debido a la esclerosis prepucial.
- Hipersensibilidad poscoital o traumatismos pueden desencadenar la enfermedad.
- Crecimiento bacteriano o micótico: En zonas húmedas, pueden surgir infecciones que resulten en balanitis, la cual también puede ser consecuencia de una infección de transmisión sexual (ITS).
- Alergias: El contacto con sustancias irritantes como jabones, detergentes o preservativos puede ser un factor desencadenante.
- Enfermedades sistémicas: Condiciones como la diabetes o el VIH también pueden originar balanitis.
Síntomas
Los síntomas más comunes de la balanitis incluyen:
- Enrojecimiento, acompañado de escozor o dolor.
- Secreción uretral, a veces con mal olor.
- Llagas rojas en el glande.
- Dificultad para retraer el prepucio.
- Dolor al orinar.
Prevención
Romero sugiere algunas medidas preventivas para evitar la balanitis:
- Mantener una higiene diaria de los genitales, asegurándose de retirar el prepucio para prevenir la acumulación de esmegma y la aparición de adherencias. Se recomienda el uso de agua tibia y jabón suave.
- Lavarse las manos antes de ir al baño, especialmente si se manipulan productos químicos.
- En casos de balanitis recurrente, enjuagar con solución salina o hacer baños de manzanilla puede ser útil.
- Usar preservativos durante el coito para prevenir infecciones y la aparición de balanitis.
- Evitar relaciones sexuales si la pareja tiene candidiasis vaginal hasta que esté completamente curada.
- Seguir los tratamientos prescritos por el especialista para evitar recaídas.
- Controlar enfermedades sistémicas como la diabetes que pueden predisponer a la balanitis.
Tipos de Balanitis
Existen diferentes tipos de balanitis:
- Balanitis candidiásica: Es la forma más común y está asociada con infecciones por hongos, especialmente en personas con mala higiene o en quienes padecen obesidad o diabetes.
- Balanitis bacteriana: Puede ser causada por gérmenes anaerobios, que producen supuración maloliente y edema del glande, o aerobios, que pueden generar desde enrojecimiento hasta fisuras y edema.
- Balanitis por herpes: Caracterizada por úlceras que evolucionan a costras y pueden acompañarse de inflamación de los ganglios inguinales.
- Balanitis inflamatorias: Como la balanitis xerótica obliterante, que puede causar la pérdida de elasticidad de la piel prepucial y la oclusión del orificio uretral.
- Liquen escleroso: Produce placas blanquecinas en el glande y puede estrechar el prepucio.
- Balanitis circinada: Asociada a patologías como el síndrome de Reiter o la artritis reactiva.
- Lesiones premalignas: Como la eritroplasia de Queyrat y la enfermedad de Bowen, que tienen un riesgo elevado de evolucionar hacia cáncer invasivo.
- Balanitis de Zoon: Afecta principalmente a hombres mayores con mala higiene, presentando lesiones rojizas bien delimitadas.
- Balanitis por irritantes: Las presentaciones pueden variar dependiendo del agente irritante.
- Fármacos: Algunas erupciones cutáneas pueden ser causadas por medicamentos, apareciendo generalmente entre 24 y 48 horas después de su administración.
Diagnóstico y Tratamiento
El diagnóstico de la balanitis generalmente se basa en la exploración física, biopsia, cistografía o cultivos para descartar infecciones. El tratamiento puede variar desde medidas conservadoras como una higiene adecuada hasta la administración de medicamentos tópicos y sistémicos, según la causa subyacente.
En algunos casos, puede ser necesaria la circuncisión u otros procedimientos quirúrgicos, especialmente en balanitis resistentes al tratamiento conservador o cuando hay complicaciones como fimosis.
Pronóstico
El pronóstico de la balanitis depende de la causa subyacente y los factores de riesgo presentes. En muchos casos, la balanitis puede resolverse rápidamente con el tratamiento adecuado y, en general, no requiere intervención quirúrgica.