La joven expresó que el hogar ocupa el primer lugar en su vida y, aunque no está en sus planes inmediatos, es algo en lo que sueña para el futuro
Por Katherine Lancheros
Ana María Cecilia Maireth del Castillo Jiménez, por su nombre de pila, una voz única en el mundo del vallenato, logró destacarse no solo por su talento, sino también por su arraigo familiar y su conexión espiritual. Desde sus inicios, la joven artista lleva consigo el legado de la música, en un género arraigado en la cultura y la tradición del Caribe colombiano.
La artista de 24 años participó en una entrevista realizada por Abelardo de la Espriella en el pódcast Tertulias Defensor, siendo este el segundo episodio del programa, durante la cual la joven no solo compartió detalles sobre su carrera, sino también sobre sus planes futuros, incluido su proyecto de formar una familia. Cabe destacar que el primer capítulo se concentró en una conversación con el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
El ascenso en la escena musical de Ana ha sido meteórico y alcanzó reconocimiento internacional con nominaciones a los Latin Grammy en categorías en las que se vio la cara con grandes artistas como Carlos Vives y Los Ángeles Azules, por lo que la joven insinuó que para ella ese momento fue “gracias a Dios”, ya que su álbum tiene consigo esa espiritualidad en su título El favor de Dios.
La artista recordó la controversia en esos premios cuando tuvo dificultades para pronunciar el nombre de algunos artistas y en una categoría terminó bailando y coreando “Raquí, raquí”.
Abelardo respondió a las críticas al destacar que la “autenticidad” de Ana era precisamente lo mejor de ella. Subrayó que ella no pretendía actuar de manera artificial, sino que esa autenticidad era parte de la razón por la que su éxito había trascendido fronteras internacionales. Además, mencionó la gira que anunció en Estados Unidos como un ejemplo de ese alcance global que ha logrado gracias a su genuinidad.
Sin embargo, resaltó que fue un “honor” encontrarse con la colombiana Karol G y ser reconocida por ella, al igual que con la artista italiana Laura Pausini, que le mencionó que escuchaba su música, por lo que para Ana del Castillo, esto representó un “sueño” y un “orgullo”.
Pero detrás de cada éxito, Ana reconoce la importancia de su familia y su fe en Dios. Para ella, la música es más que una carrera, es una forma de expresar su amor por la vida, sus raíces y su gente. Su relación con Dios es constante, hablando con él en cada paso que da, agradeciéndole por las bendiciones y buscando su guía en los momentos difíciles.
En medio de entrevistas y giras, Ana no pierde de vista lo que realmente importa: su familia y sus raíces. Sueña con formar su propio hogar, criando hijos y compartiendo su pasión por la música con las generaciones futuras. Para Ana, el verdadero éxito radica en el amor y la conexión con aquellos que la rodean.
Expresó su deseo de tener dos hijos “paridos” y adoptar otros dos, aunque mencionó que actualmente está en una relación que prefiere mantener en privado, la realización de su familia aún no está en sus planes inmediatos, ya que espera hacerlo en unos años.
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En una entrevista con Abelardo de la Espriella, Ana del Castillo compartió los altibajos de su vida marcada por la música y el dolor – crédito De la Espriella Style/YouTube
En su música, Ana busca transmitir “emociones maduras”, en el que se refleje su crecimiento personal y artístico. Con canciones que tocan el corazón y letras que cuentan historias de amor, desamor y esperanza.
Su próximo disco promete ser una obra maestra, con canciones que exploran nuevos sonidos y temáticas, pero siempre manteniendo su esencia vallenata. Con la colaboración de grandes compositores y el apoyo de su público, Ana espera seguir dejando huella en la industria musical y en los corazones de quienes la escuchan.
