Casi nunca, porque a veces ha ocurrido
Protagonizar un Marilyn Monroe en La tentación vive arriba no es plato de buen gusto, menos si hay decenas de cámaras esperando a cualquier detalle que haga que el momento sea significativamente diferente al resto. El viento puede jugar un importante papel en esta secuencia. Pero Meghan Markle y Kate Middleton saben un truco que puede evitar que un soplo inesperado haga que sus faldas salgan volando.

Según ha explicado la experta en protocolo Myka Meier a Harpers Bazaar, las ‘royals’ eligen ropa interior con mucha electricidad estática para que sus faldas se adhieran fácilmente a sus cuerpos y, de esta forma, evitar una instantánea que ocupe un aparte en los archivos fotográficos.
Otra forma de poder llevar falda o vestido de vuelo de tela ligera y no temer que un drama pueda suceder es ponerle unas minúsculas pesas en determinados lugares ‘invisibles’ y clave de la prenda, en las costuras o los dobladillos. De esta forma, la batalla ‘antiviento’ estará ganada.

Uno de los modistos de la reina Isabel II, Stewart Parvin, contó hace unos años a Daily Mail que él lo hacía con cada parte del vestuario de la monarca. Colocaba pesas en vestidos, solapas, abrigos… “Si lleva una falda de gasa liviana, coseré el peso de plomo más pequeño que haya, del tamaño de un guisante, o incluso un trozo de cadena” para evitar una desagradable sorpresa a la reina o hacer que esté constantemente preocupada por lo que le pueda pasar a su ropa exterior y, por consiguiente, a la interior.
La reina de Inglaterra, sin embargo, no suele vestir con faldas ligeras de vuelo. A veces, cuando se relaja en Balmoral, las lleva de tablas. Con una más pesada y ajustada es más complicado que un desastre semejante pueda ocurrir. El estilo de la monarca, sin embargo, es perfecto para este tipo de contratiempos.

Isabel II
La reina de Inglaterra con su característico e icónico ‘estilo Balmoral’.©Getty Images
Pero no todas las ‘royals’ son la reina de Inglaterra o se dejan seducir por la idea de que colocar unas pesas suena a remedio de la abuela y no va a funcionar. O, puede que a veces, sencllamente el viento sea más fuerte que cualquier truco de moda por muy infalible que se presente.

Kate Middleton podría resolver el misterio, porque ella puede decir que ha sido víctima del viento. A la duquesa de Cambridge le gustan las tendencias y vestir faldas o vestidos vaporosos cortos aunque cada vez los luce con menos frecuencia, quizá porque ya sabe lo que pasa si el aire o ella giran en el instante más inoportuno.
Le ocurrió en 2011 en el aeropuerto de Calgary en Canadá con un (inolvidable) vestido amarillo.

En Nueva Zelanda en 2014, bajando del avión con el príncipe George en brazos.
Desde entonces, o lleva ropa interior con muchísima electricidad estática, o pone pesas por doquier, o las cámaras no han vuelto a captar un descuido como los anteriores.

La duquesa de Sussex, por su parte, ha demostrado que le encantan los vestidos con faldas de mucho vuelo, normalmente largas. A ella, por el momento, el viento la ha respetado.
Desde el vaporoso vestido verde de Self Portrait que llevó a escasas semanas de convertirse en esposa del príncipe Harry, al último que le hemos visto, el de Club Monaco que se puso el día de su 37 cumpleaños para la boda del íntimo amigo del príncipe, Charlie Van Straubenzee con Daisy Jenks.
¿Ha tenido suerte o es que sabe los trucos importantes? revistavanityfair.es