Nuevos rumores de ruptura, nuevos desmentidos, un borrón y cuenta nueva en sus redes sociales… ¿pero qué le está pasando a Miley Cyrus?
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Miley Cyrus durante su actuación en el American Film Institute Awards en junio de 2018.
© Getty
La vida de Miley Cyrus es una montaña rusa de emociones y excentricidades, pero esto no es algo que nos sorprenda a estas alturas de su carrera. En la última semana hemos visto a medios de todo el mundo hablando de su enésima ruptura con el actor Liam Hemsworth, supuestamente porque ella no quiere casarse tan joven (tiene 25 años) y él sí quiere hacerlo ya para empezar a tener hijos. Horas más tarde Miley Cyrus dejaba huérfanos a sus más de 76 millones de seguidores en Instagram al dejar su cuenta con cero publicaciones y sustituir su foto de perfil por un fondo negro. Fundido a negro también en Facebook, Twitter y su página web oficial. Poco después Liam desmentía los rumores de ruptura en Instagram Stories con este ¿divertido? vídeo al volante. ¿Quién necesita un comunicado de prensa teniendo Stories?
Remontémonos a sus orígenes. Los altibajos han sido una constante en la vida de Miley Cyrus, tanto en lo personal como en lo profesional. La fama la rodeó desde el día en el que nació, el 23 de noviembre de 1992, por ser hija del cantante country Billy Ray Cyrus. El padre de Miley lanzaba el mismo año en que nacía su hija su canción más emblemática, ‘Achy breaky heart’. Si no la conoce, seguro que sí ha bailado la versión que Coyote Dax hizo en 2001, No rompas más (mi pobre corazón), enseñando el line dance a todos los españoles. Con 8 años Miley ya dijo “papá, quiero ser artista” y empezó a tomar clases de canto y actuación.
Tras un par de papeles menores en la serie de su padre, Doc, y la película de Tim Burton Big fish, llegó el trabajo que marcaría la infancia y adolescencia de Miley: Hannah Montana. Con 11 años consiguió el papel protagonista de esta serie de Disney Channel en la que una adolescente guarda un luminoso secreto: se pone una peluca para llevar una doble vida como estrella del pop. ‘Hannah Montana’ se estrenó en 2006 y se convirtió en todo un fenómeno y un éxito sin precedentes para la cadena.
Disney exprimió a su gallina de los huevos de oro durante más de 100 episodios a lo largo de cuatro temporadas, una película, una película – concierto, todo tipo de crossovers con otras series Disney, cinco discos, multitud de canciones de éxito y giras internacionales. Hannah Montana se había convertido en una franquicia importantísima para la compañía. Pero Hannah Montana se había comido a Miley Cyrus. Durante estos años Miley Cyrus interpretaba gran parte sus canciones como Hannah Montana, el nombre de su personaje. En 2007 lanzaba el disco doble Hannah Montana 2: Meet Miley Cyrus. Miley quería que la conocieran a ella, no solo a su personaje.
Como con tantas otras estrellas adolescentes de la factoría Disney, atadas a contratos leoninos que condicionan por completo sus vidas y sus carreras, sabíamos que esto no iba a terminar bien. Con los años lo hemos podido ver a través de los serios problemas a los que se enfrentaron otras artistas que empezaron en Disney, como Lindsay Lohan, Demi Lovato o Selena Gómez. Miley Cyrus quería rebelarse y romper con la imagen de niña perfecta que proyectaba Hannah, por lo que mientras crecía y estando aún dentro de la serie empezó a desarrollar una imagen mucho más provocativa. Pero Disney no estaba dispuesta a dejarle disfrutar tan fácilmente de “lo mejor de ambos mundos”.
En 2008, cuando tenía 15 años, Miley fue fotografiada por Annie Leibovitz para Vanity Fair. Una foto en la que la joven mostraba su espalda se convirtió en el objeto de todas las críticas. Asociaciones de padres conservadores de Estados Unidos pusieron el grito en el cielo y hasta analistas económicos preveían una fuerte caída en las acciones de Disney. Una representante de la empresa: “desafortunadamente, como el artículo sugiere, se creó una situación para manipular deliberadamente a una niña de 15 años para vender revistas”. Disney obligó a Miley a pedir disculpas: “me siento muy avergonzada. Nunca quise que pasara nada de esto y pido perdón a mis fans”. Una década más tarde Miley reivindicó la foto y dijo la verdad en Twitter: no lo sentía.
En los años 2009 y 2010 Miley Cyrus fue elegida la peor influencia para los jóvenes entre todas las celebrities, superando a Britney Spears o Kanye West. Durante la recta final de ‘Hannah Montana’ (la serie finalizó en enero de 2011) eran muchos los padres que se escandalizaban al llevar a sus hijas e hijos a los conciertos de su ídolo, porque se encontraban con un espectáculo excesivamente provocativo y a una estrella que ya no llevaba un look apto para el público infantil.
En 2010 Miley lanzaba su último disco con el sello Hollywood Records, propiedad de Disney. ‘Can’t be tamed’ (“no puedo ser domesticada”) nos presentaba a una Miley más adulta y rebelde, pero no fue el exitazo rupturista que pretendía. Años después la cantante dijo que no conectaba con sus antiguas canciones, que quería eliminarlas todas y empezar como una nueva artista. La sombra de Hannah Montana era demasiado alargada.
En 2010 también se estrenaba la película durante cuyo rodaje Miley Cyrus conoció a Liam Hemsworth, ‘La última canción’. Ella había dicho que él era “su mejor amigo”, pero era evidente que el amor había surgido también fuera de la gran pantalla. Su debut como pareja en la alfombra roja se produjo en los Óscar de 2010. Solo en ese año se enfrentan a dos supuestas rupturas: en agosto se separan por “agendas incompatibles”, en septiembre se reconcilian y en noviembre se toman “un descanso” que dura hasta abril de 2011.
A principios de década Miley Cyrus empezaba a acumular escándalos. Ya no eran solo un look sexy y unos videoclips ligeramente provocativos, sino que la niña que conquistó a Estados Unidos ahora era una adolescente a la que se le veía sin ropa interior, en topless, bebiendo alcohol o fumando marihuana. ¿Estaba a punto de convertirse en otro juguete roto? No, estaba asentando los cimientos de su reinvención definitiva. Estaba a punto de lograr que todos olvidáramos a Hannah Montana.
Las constantes polémicas de Miley contrastaban con su vida personal, con una relación que parecía ir viento en popa. En marzo de 2012 negaba haberse comprometido con Liam Hemsworth. En junio lo confirmaba. Pero ya en 2013 Miley se mostraba muy cansada del acoso de la prensa y de que cada detalle de su vida fuera analizado y criticado. En enero se vengaba de los paparazzi acosando a uno con Paris Hilton por acusarla de engañar a Liam con Ed Westwick, en marzo decía que se iba a tomar un respiro de las redes sociales porque estaba harta de tantas mentiras, en junio presentaba su primer single lejos de Disney, ‘We can’t stop’, y en agosto protagonizaba una actuación legendaria y muy subida de tono en los MTV VMA que indignó hasta a la ONG Teddy Bear Fund “por corromper a los ositos de peluche”.
No lo inventó, pero Miley Cyrus popularizó el twerking en todo el mundo gracias a sus roces en la entrepierna de Robin Thicke. Con su lengua juguetona y llevando al extremo la sexualidad en esta nueva era había puesto el primer clavo en el ataúd de Hannah Montana. El clavo definitivo fue el icónico vídeo de ‘Wrecking ball’. Miley jamás volvería a ser recordada como aquella niña Disney, sino como la cantante que lamía martillos y se balanceaba desnuda en una bola de demolición. Es su único single número 1 en Estados Unidos y el mayor éxito de su carrera.
Durante la era ‘Bangerz’ Miley Cyrus logró su objetivo, que todo el mundo olvidara a Hannah Montana a base de escándalos y provocaciones, entre las que destacan sus numerosísimas fotos desnuda, tocándose, fumando o sacando la lengua durante aquella época. La vimos masturbándose en el vídeo de ‘Adore you’ o defendiendo las drogas en Rolling Stone: “La cocaína es asquerosa, ¡pero un poco de MDMA y marihuana dan mucha felicidad!”. Miley quería romper con todo y también rompió su compromiso y relación con Liam Hemsworth en septiembre de 2013. La cantante estaba soltera, sin compromiso y en el mejor momento de su carrera. La revista Time la consideró una de las personas más relevantes del año 2013 y también la incluyó en dos de sus listas, la de mejor vestidas y la de peor vestidas.
En 2014 cada gesto de Miley Cyrus tenía que ser más provocador que el anterior y su gira ‘Bangerz Tour’ o sus actuaciones nos dejaban decenas de momentos noticiables: se comió el tanga de una fan, besó a Katy Perry, ridiculizó a Selena Gómez, en más de una ocasión y practicó una felación a un muñeco hinchable en directo.
Pero Miley no podía mantener esta actitud para siempre, porque llegó un punto en el que su personaje rebelde engulló a la propia artista y su credibilidad estaba constantemente en duda. Aun así logró sorprendernos con sus siguientes decisiones profesionales, como crear una fundación para ayudar a los jóvenes sin techo, lanzar sin previo aviso un disco gratuito junto a The Flaming Lips dedicado a sus mascotas muertas, ‘Miley Cyrus & Her Dead Petz’, o ser una de las protagonistas de la primera y malograda serie de Woody Allen, ‘Crisis in six scenes’. Cuando salió del armario como pansexual pocos se la tomaron en serio: “la gente cree que vivo de manera salvaje, y literalmente todo lo que hago es estar obsesionada con el yoga, me encanta el senderismo y estoy leyendo constantemente”. La gente tan pronto la veía vestida de unicornio como con atuendos sadomasoquistas.
En esta caótica etapa, en lo personal Miley mantuvo una relación durante unos meses con Patrick Schwarzenegger y también fue vista besando a la modelo Stella Maxwell. Pero en 2016 se reconcilió una vez más con Liam Hemsworth tras dos años y medio separados. En octubre confirmaba que volvían a estar comprometidos y reaparecían las muestras de cariño entre ambos en las redes sociales. Su reconciliación con el actor marcó de manera notable su último trabajo discográfico hasta la fecha, ‘Younger now’, en 2017. Miley volvía a sus orígenes country y pop rock con una imagen más dulce y bucólica. Su primer single, ‘Malibu’, fue una canción de amor sobre Liam que funcionó para dejar atrás su imagen más controvertida.
Con esta nueva era y nuevo disco llegaba lo inevitable: renegar de su pasado. En varias entrevistas Miley decía que se encontraba en un lugar diferente y se quejaba de su pasado provocador: “Todo eso se convirtió en algo que se esperaba de mí: ya no quería ir a las sesiones de fotos y ser la chica que saca la lengua todo el rato y se saca las tetas. Al principio era un poco como decir ‘que os jodan, las chicas deberían tener esta libertad, o lo que sea’, pero sí llegó un punto en el que me sentí sexualizada”. También llegó a decir que “mataría” a su mayor éxito: “siempre seré la chica desnuda en una bola de demolición. Balancearte desnuda en una bola de demolición es una cosa que no se olvida. Mi peor pesadilla es que en mi funeral digan ‘siempre recordaremos a Miley’ y luego suene ‘Wrecking ball‘”. Pero tras un segundo single fallido, ‘Younger now’, el disco no funcionó y se convirtió en un gran fracaso para Miley Cyrus.
Viendo que su etapa de mayor éxito coincidió con su ruptura con Liam Hemsworth y que no es la primera estrella del pop en borrar el contenido de sus redes sociales para llamar la atención hacia su trabajo (Taylor Swift y Zayn Malik lo han hecho en el último año), con sus últimos actos quizás Miley Cyrus solo esté preparándose para presentar un nuevo álbum. O quizás no sepa ya qué hacer con su vida para superar sus tiempos más convulsos. El tiempo nos lo dirá. Fuente: revistavanityfair.es