Ángel Gabriel nació en medio de una tormenta mediática pues su madre permanecía en la cárcel de Sao Paulo. Han pasado 15 años desde entonces y el chico quiere ser como los demás hijos de los famosos.
Ángel Gabriel es el nombre del primogénito de Gloria Trevi y que tuvo con su ex manager Sergio Andrade. Nació en el 2002 en condiciones que pocos hijos de estrellas lo hacen: dentro de una cárcel.
Para entonces la cantante y el manager estaban acusados de secuestro y corrupción de menores en Brasil y terminaron en un penal de Sao Paulo durante años. Allí mismo Trevi fue atendida en el parto y nació Ángel Gabriel. Era el mes de febrero.
Gloria Trevi, 50 años y dos vidas
La cantante defiende que no ha sido fácil: “Sobreviví al abuso, al maltrato de una persona, y luego aguanté la presión de una sociedad que quería castigarme por haber sido rebelde. Y luego, me levanté”
Tras la noticia ella misma contó que el niño había sido producto de una violación sexual de parte del jefe de policías, pero cuando recuperó su libertad aseguró que Ángel había sido concebido con amor.
Ahora el chico está listo para forjar una carrera artística como su madre. De hecho están trabajando juntos en su primer álbum musical. Para comenzar también abrió una cuenta de Instagram en mayo con una sola imagen. Hace cuatro días sumó otra. En poco tiempo el joven alcanzó 43.6k seguidores. Podría decirse que la suerte el sonríe.
En una entrevista a El Mundo, España, Trevi aseguró que el incidente en la cárcel es una realidad que conocen muy bien sus hijos. “Imagínate el día que mis hijos me preguntaron por qué estuve en la cárcel… Yo les respondí que dijeron de mí lo peor que se puede decir de un ser humano. Pero Dios quería que así fuera y tengo la responsabilidad bien bonita”, indicó en aquel momento.
También aclaró que no huyó de México a Brasil, si no que fue una confusión. “Eso fue lo que manejaron. Tendré que hacer una serie de mi vida, porque una película no es suficiente, pero yo salí de México con mi pasaporte y con mi visa. Cuando dijeron que me estaba buscando la Interpol, pensé: “¡Qué ineptos! Si entré [a Brasil] con mi visa y tenía mis sellos…”.
Y sobre el supuesto abuso sexual del que fue víctima también contó: “En la celda de al lado, estaba uno de los narcotraficantes más fuertes de Brasil y Colombia. Sí hubo un acoso de la gente de la cárcel, pero yo no podía hablar. Ni para bien o para mal. Si el preso de al lado decía que me callaba, yo tenía que hacerlo”.
