Los dátiles son el fruto de la palmera datilera, con origen en Oriente Medio y el norte de África, además de asociarse a sabores de otoño e invierno. Te decimos algunas buenas razones para comer dátiles… aunque no se vean «antojables».
Desde hace algunos años los dátiles han tomado más popularidad, pasando de estar en las charolas de fruta seca de Navidad a ser parte de nuestra vida diaria. En especial son apreciados por los veganos y aquellas personas que buscan un reemplazo más saludable para el azúcar, incorporándolos a diferentes recetas.
Sin embargo, los dátiles tienen algo peculiar, pues su apariencia no les ayuda mucho. Quizá soy la única que los vea así, pero recuerdo que desde niña decía que parecían “cucarachitas”, no sé si salió de mi mente o de alguien más, mas siempre los veré así, aunque la verdad soy muy fan de su sabor.
¿Qué son los dátiles?
Los dátiles son una fruta proveniente de la palmera datilera y, aunque son muy conocidos los secos y cafés, naturalmente son de color amarillo dorado cuando están maduros. Su carne tiene un sabor dulce y tienen un hueso alargado en su interior.
Aunque cumplen con las características de las frutas desecadas, es decir, consistencia, aspecto y sabor dulce, el sitio Eroski Consumer en su Guía Práctica de Frutas, explica que no lleva un proceso de desecado artificial, sino que se seca al sol en el mismo árbol antes de recolectarse.
Existen diferentes tipos de dátiles, algunos blandos y otros duros, negros, rojos, amarillos, entre los más vendidos están los Deglet Nour, con un sabor a miel y textura suave, y los Medjool, que son apreciados por su tamaño y sabor extra dulce.
Frutas secas, saludables sin excederte
Las frutas secas o desecadas, son muy apreciadas para su uso en postres, granolas, muesli, para agregar a la avena o comer como snack, por su sabor dulce, lo cual se obtiene de la desecación, al reducir su contenido de agua.
Sin embargo, esta característica, además de concentrar sus nutrientes, eleva su contenido calórico y las vuelve ricas en carbohidratos, por lo que es importante cuidar no excedernos.
Asimismo, la Asociación Dental Americana, alerta que los alimentos pegajosos, como los frutos secos, pueden dañar nuestros dientes, ya que permanecen más tiempo en ellos, lo que puede propiciar la aparición de caries. Por eso es recomendable cepillarte los dientes después de comerlos y enjuagarte la boca.
Entre sus propiedades nutricionales, el Gobierno de México destaca que pueden contribuir a ingerir más vitaminas, minerales y fibra, además de proporcionarte antioxidantes. En ese sentido, son muy recomendadas para deportistas e incluso quienes sufren de hipertensión arterial.
Así que ya sabes, dale una oportunidad a las frutas secas e inclúyelas en tu alimentación, siempre como parte de una dieta variada y equilibrada. Si no te has animado a probar los dátiles, entra a nuestra fotogalería para conocer algunas buenas razones para comerlos.
