Expertos alertan sobre el aumento de conductas sexuales de riesgo durante el verano y recomiendan priorizar el sexo seguro
Con la llegada del verano, las altas temperaturas, el tiempo libre, los viajes y las fiestas nocturnas crean un ambiente ideal para el disfrute. Y dentro de ese disfrute, también aumentan las relaciones sexuales. Pero con ese incremento, también crecen los riesgos: infecciones de transmisión sexual (ITS), embarazos no deseados, y en algunos casos, consecuencias emocionales graves.
“El verano invita a desconectarnos de la rutina, relajarnos, conocer gente nueva y vivir el momento… y eso incluye más sexo”, explica el sexólogo Antonio Murillo, quien también advierte que ese contexto puede llevar a perder de vista las medidas de seguridad esenciales.
Más relaciones, más riesgos
Distintos especialistas coinciden: en verano se mantienen más relaciones sexuales, a menudo con personas que no se conocen en profundidad. A esto se suma el uso frecuente de alcohol y otras sustancias que desinhiben y reducen la capacidad de tomar decisiones responsables.
Según Eduard García Cruz, urólogo y experto en andrología, los encuentros sexuales sin protección aumentan durante los fines de semana y en vacaciones. “Tenemos más tiempo libre, estamos más relajados, y eso favorece la intimidad. Más intimidad, más sexo”, señala.
El problema es que esa misma relajación puede llevar a imprudencias graves, como mantener relaciones sin condón, usar métodos poco efectivos como la “marcha atrás”, o hacerlo en lugares antihigiénicos (playas, piscinas, etc.), lo que favorece infecciones genitales y del tracto urinario.
La ITS, un enemigo invisible
Uno de los principales riesgos del sexo sin protección son las infecciones de transmisión sexual, muchas de las cuales pueden ser asintomáticas. Según datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, entre 2012 y 2019 se registraron en España más de 50 mil nuevos casos de ITS en mujeres. La clamidia fue la más frecuente (64,8 %), seguida de gonorrea, VIH, sífilis y herpes genital.
Javier de la Torre, del Plan Andaluz contra el VIH, advierte que la sociedad ha perdido el miedo a estas enfermedades: “Con los avances en el tratamiento del VIH, muchas personas han bajado la guardia”.
Sexo seguro: lo que se sabe (y lo que no)
El uso de preservativos sigue siendo la principal barrera contra las ITS y los embarazos no deseados, pero su uso no es tan generalizado como debería. Solo el 49 % de los encuestados en estudios recientes afirma utilizarlo habitualmente. Más preocupante aún: prácticas como la marcha atrás aún son vistas como válidas por algunos, pese a su nula eficacia frente a infecciones.
Antonio Murillo insiste también en el uso de barreras para sexo oral, como láminas de látex o preservativos adaptados, aunque reconoce que su uso es mínimo (solo un 0,3 % ha usado uno alguna vez). También recuerda la importancia de no compartir juguetes sexuales, o en todo caso, usar condones nuevos para cada persona y lavarlos adecuadamente después de cada uso.
El peso del alcohol y la presión social
El consumo de alcohol y drogas es otro factor crítico. “Bajo sus efectos, disminuye la capacidad para evaluar riesgos y aumenta la posibilidad de conductas impulsivas o incluso agresiones sexuales”, explica Jesús Rodríguez, sexólogo y director del Instituto Sexológico de Murcia. A nivel emocional, pueden aparecer sentimientos de culpa, malestar o consecuencias más graves, como embarazos o infecciones no detectadas a tiempo.
Rodríguez insiste en la educación afectiva y sexual, algo que aún falta en muchas sociedades. “Hay que enseñar a las personas a reconocer sus límites, a tomar decisiones conscientes y a no ceder a la presión del grupo”.
El rol de la juventud
Las prácticas sexuales de riesgo son más frecuentes entre los más jóvenes. Un estudio revela que el uso del preservativo en chicas adolescentes descendió del 82,5 % en 2002 al 71,2 % en 2018. Además, los encuentros esporádicos son cada vez más comunes: el 20 % de las mujeres entre 18 y 24 años declara tener relaciones con distintas personas.
Claves para un verano seguro (y placentero)
Los expertos recomiendan:
- Usar preservativo siempre, tanto en la penetración como en el sexo oral.
- No compartir juguetes sexuales o usar un condón nuevo para cada persona.
- Evitar el sexo en lugares públicos antihigiénicos.
- Mantenerse hidratado y consciente del nivel de consumo de alcohol o drogas.
- Conocer los límites propios y respetar los ajenos.
- Hacerse pruebas de ITS periódicamente, especialmente antes de tener nuevas parejas sexuales.
Disfrutar del verano también implica cuidarse. Y como concluye el doctor García Cruz, “de todo lo que hay, el preservativo sigue siendo, lejos, la mejor opción”.
