Un 23 de junio de 1989, el mundo conoció una nueva versión del caballero oscuro, más sombría, estilizada y teatral. Hoy, 36 años después, la visión de Tim Burton sobre Batman continúa siendo una referencia clave en la historia del cine.
Con Michael Keaton como Bruce Wayne y Jack Nicholson en un inolvidable papel como el Joker, la cinta no solo redefinió al superhéroe, sino que impuso un nuevo estándar visual y narrativo en el género. El enfoque oscuro, con tintes góticos y una atmósfera dramática, rompió con las adaptaciones coloridas previas y marcó un antes y un después en la pantalla grande.
El éxito fue arrollador. La película superó los Q3.2 mil millones en ingresos a nivel mundial, convirtiéndose en una de las más taquilleras de su época. Su impacto fue tal que desencadenó la “batmanía”: una oleada de ventas de productos que impulsó a DC a uno de sus momentos más lucrativos en cuanto a merchandising.
Treinta y seis años después, el legado de Batman de Tim Burton sigue vivo como un punto de inflexión que transformó al superhéroe en un símbolo cultural con capas más oscuras y complejas.