Con una brillante actuación de Shai Gilgeous-Alexander y la lesión clave de Haliburton, el Thunder se coronó campeón al vencer 103-91 a los Indiana Pacers en el Juego 7
Bartolo García
Oklahoma City Thunder se proclamó campeón de la NBA 2025 tras vencer 103 a 91 a los Indiana Pacers en el séptimo y definitivo partido de una intensa serie final. El equipo dirigido por Mark Daigneault celebró su primer campeonato desde 1979, cuando aún era conocido como Seattle Supersonics.
El PayCom Center fue escenario de una noche histórica para la franquicia y para sus fanáticos, que vieron a su equipo consagrarse tras una final vibrante que se definió recién en la segunda mitad del partido.
La figura indiscutida del encuentro fue Shai Gilgeous-Alexander, quien firmó una actuación legendaria: más de 20 puntos, más de 5 rebotes y 10 asistencias. Es el primer base que logra esa línea estadística en un Juego 7 de finales de NBA desde 1970.
Desde el arranque, ambos equipos se mostraron decididos a llevarse la gloria. El marcador se mantuvo cerrado durante la primera mitad, con intercambios constantes de liderazgo en el tanteador.
El momento clave del partido fue la inesperada lesión de Tyrese Haliburton, la estrella de los Pacers, quien tuvo que abandonar la cancha en el primer cuarto tras caer al intentar una jugada de cambio de dirección frente a Gilgeous-Alexander.
Haliburton, que había sido determinante en el sexto juego con 14 puntos y seis asistencias, estaba causando estragos con tres triples en siete minutos antes de su salida forzada. La distensión en su pantorrilla derecha terminó pasándole factura.
La imagen del base, golpeando el suelo con frustración y dolor, abandonando el encuentro sin poder apoyar la pierna, dejó en silencio a los presentes, marcando un antes y un después en el desarrollo del juego.
A pesar del golpe anímico, Indiana Pacers mantuvo la resistencia con un sólido trabajo colectivo, pero fue evidente la falta de su líder en los momentos decisivos del tercer cuarto, donde Oklahoma se despegó en el marcador.
El Thunder aprovechó la ausencia rival y comenzó a construir la diferencia con defensa férrea, transiciones rápidas y la conducción impecable de Shai, quien encontró en Jalen Williams y Chet Holmgren importantes aliados ofensivos.
La diferencia se mantuvo estable durante el último cuarto, con el equipo de Oklahoma ejecutando con madurez y serenidad cada posesión, mientras que los Pacers se vieron limitados física y emocionalmente.
Con el reloj marcando los últimos segundos, la celebración estalló en el PayCom Center. Jugadores, cuerpo técnico y fanáticos se fundieron en abrazos, conscientes del momento histórico que acababan de vivir.
La consagración representa el primer anillo de campeonato para Oklahoma City Thunder desde su mudanza desde Seattle, consolidando un proceso de reconstrucción basado en juventud, talento y liderazgo.
Para Shai Gilgeous-Alexander, este título no solo lo eleva al estatus de superestrella, sino que lo inmortaliza como el gran protagonista de la campaña que devolvió la gloria a una ciudad apasionada por el baloncesto.
Con esta victoria, el Thunder inicia una nueva era en la NBA, posicionándose como un equipo con proyección y con una base sólida para seguir compitiendo por campeonatos en los años venideros.