El kéfir, un lácteo fermentado con una textura similar al yogur líquido, se ha convertido en una de las mejores opciones naturales para mejorar la salud digestiva y combatir el estreñimiento, según explica la dietista y docente Raquel Frías. Gracias a su riqueza en probióticos, este alimento tradicional ofrece múltiples beneficios para el intestino, el sistema inmunológico y hasta el estado de ánimo.
Elaborado a partir de leche fermentada por “granos de kéfir” (una combinación de bacterias y levaduras), este producto destaca por su sabor ácido y efervescente. Durante la fermentación, los microorganismos transforman la lactosa en ácido láctico y otros compuestos que dan lugar a una bebida rica en bacterias beneficiosas.
Frías subraya que el kéfir es especialmente útil para personas con problemas digestivos, como estreñimiento, inflamación intestinal o síndrome del intestino irritable. “Los probióticos equilibran la microbiota intestinal, ayudando a restablecer un tránsito intestinal normal”, indica la experta.
Además, el kéfir fortalece el sistema inmunológico —cuyo 70% se encuentra en el intestino— y presenta propiedades antibacterianas, al combatir microorganismos patógenos. También es fuente de nutrientes clave como proteínas, calcio, fósforo, vitaminas del grupo B y vitamina D.
Otros beneficios destacados del kéfir:
- Salud ósea: su contenido en calcio y vitamina K2 puede ayudar a prevenir la osteoporosis.
- Tolerancia a la lactosa: al contener enzimas digestivas, es mejor tolerado que otros lácteos por personas con intolerancia leve.
- Efecto antiinflamatorio y antialérgico: algunos estudios sugieren que sus probióticos modulan las respuestas del sistema inmunitario.
- Conexión intestino-cerebro: una microbiota sana podría influir positivamente en el estado de ánimo y la función cognitiva.
Para quienes no se acostumbran fácilmente a su sabor, Frías recomienda mezclarlo con frutas o frutos secos, suavizando su acidez mientras se disfruta de todos sus beneficios.