Un nuevo estudio publicado en la revista JAMA abre una puerta prometedora en la lucha contra el cáncer de colon: una prueba de sangre que permite su detección de forma sencilla. Aunque el test ha demostrado eficacia en la identificación de tumores ya desarrollados, aún presenta limitaciones para detectar lesiones precancerosas, una etapa clave para prevenir la enfermedad.
El cáncer colorrectal es el más diagnosticado en España, con más de 44.500 nuevos casos proyectados para 2025, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Aunque la mortalidad ha disminuido en las últimas dos décadas, sigue siendo alta, lo que refuerza la necesidad de avanzar tanto en el tratamiento como en el diagnóstico precoz.
Diagnóstico precoz: el reto pendiente
Desde hace años, la ciencia busca formas no invasivas de detectar cánceres de forma temprana, y las pruebas de sangre ocupan un lugar destacado en esa carrera. El reciente estudio señala avances importantes, pero también reconoce que las pruebas aún no son lo suficientemente sensibles para ser implementadas de manera masiva en la práctica clínica, sobre todo para detectar lesiones antes de que se conviertan en cáncer.
El test de sangre oculta en heces, una herramienta efectiva pero infrautilizada
En la actualidad existe una herramienta eficaz y sencilla para detectar el cáncer de colon antes de que se manifieste con síntomas: el test de sangre oculta en heces. Este método, indoloro y no invasivo, se realiza en casa y puede salvar miles de vidas cada año. Sin embargo, muchos ciudadanos entre 50 y 69 años —el grupo más vulnerable— no participan en los programas de cribado por desconocimiento, miedo o desinformación.
Cómo funciona el test
El proceso es simple: el paciente recoge una muestra de heces en un kit proporcionado por el sistema de salud o farmacias, la almacena en la nevera y la entrega en su centro médico. No requiere dieta previa, ayuno ni suspensión de medicamentos. Si el resultado es negativo, se repite a los dos años; si es positivo, se indica una colonoscopia para confirmar el origen del sangrado.
Un futuro prometedor, pero con retos
Aunque la prueba sanguínea representa un avance esperanzador, los expertos insisten en que los métodos ya disponibles —como la colonoscopia y el test de sangre oculta— siguen siendo esenciales. El desafío actual no es solo tecnológico, sino también educativo: aumentar la participación en el cribado podría marcar una diferencia sustancial en la prevención del cáncer colorrectal.