Una alimentación equilibrada no solo beneficia al cuerpo, también es clave para preservar la salud mental. Así lo confirma un reciente estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición en Orlando, que respalda la eficacia de la dieta MIND para reducir el riesgo de Alzheimer y otras formas de demencia.
Basado en el análisis de datos clínicos y dietéticos de más de 93.000 adultos en EE. UU., el estudio concluyó que quienes siguen la dieta MIND tienen hasta un 13% menos riesgo de padecer demencia. Más aún, las personas que mejoraron su adherencia a esta dieta a lo largo de una década redujeron su riesgo en un 25%.
¿Qué es la dieta MIND?
El nombre MIND proviene de las siglas en inglés Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay. Se trata de una combinación de dos patrones alimenticios altamente reconocidos: la dieta mediterránea y la dieta DASH (Diseño Alimenticio para Detener la Hipertensión). Su objetivo es frenar el deterioro cognitivo, promover un envejecimiento cerebral saludable y prevenir enfermedades neurodegenerativas.
¿Qué comer según la dieta MIND?
1. Verduras de hoja verde
Espinacas, col rizada, acelgas y lechuga, al menos seis veces por semana.
2. Otras verduras
Como brócoli, calabacín, pimientos, cebolla o zanahoria: todos los días.
3. Frutos rojos
Fresas, arándanos, moras o frambuesas, mínimo dos veces por semana.
4. Frutos secos
Cinco o más porciones semanales. Optar por versiones naturales, sin sal ni azúcar añadida.
5. Aceite de oliva virgen extra
Como principal fuente de grasa para cocinar o aderezar.
6. Cereales integrales
Pan 100% integral, avena, quinoa o arroz integral tres veces al día. Evitar los refinados y azucarados.
7. Pescado azul
Como salmón, sardinas, trucha o caballa, al menos una vez a la semana.
8. Legumbres
Incluye lentejas, garbanzos, habas o edamame, mínimo cuatro veces por semana.
¿Qué evitar?
- Bollería, galletas y productos ultraprocesados.
- Refrescos y bebidas azucaradas.
- Frituras y carnes rojas o procesadas como salchichas y tocino.
La dieta MIND no es una moda pasajera ni una solución mágica, sino un enfoque nutricional respaldado por la ciencia para cuidar el cerebro y prevenir el deterioro cognitivo. Lo mejor: nunca es tarde para comenzar.