Aunque comúnmente se asocia con mujeres, la anorgasmia —la dificultad o imposibilidad de alcanzar el orgasmo— también afecta a los hombres. Esta disfunción sexual puede ser frustrante, pero la buena noticia es que tiene tratamiento.
¿Qué es la anorgasmia masculina?
La anorgasmia masculina es la incapacidad para alcanzar el orgasmo pese a una estimulación sexual adecuada, o cuando este se retrasa o se siente con menor intensidad de lo habitual. Aunque generalmente el orgasmo y la eyaculación ocurren juntos, no siempre es así: un hombre puede eyacular sin experimentar placer.
A veces se confunde con la anaeyaculación, una condición diferente en la que no se produce eyaculación ni orgasmo.
¿A cuántos hombres afecta?
Según el andrólogo Manuel Poyato, este trastorno afecta hasta al 8% de los hombres, aunque es probable que la cifra real sea mayor debido a la falta de diagnósticos. Muchos hombres no consultan a especialistas por vergüenza o desconocimiento, lo que contribuye al subregistro del problema.
¿Cuáles son las causas?
Las causas de la anorgasmia pueden ser físicas o psicológicas, y muchas veces ambas se combinan. Entre las más frecuentes están:
- Causas psicológicas: comunes en hombres jóvenes. Pueden incluir ansiedad, inseguridad, inmadurez sexual, estrés, depresión, traumas sexuales o miedo al rendimiento.
- Causas físicas y médicas: enfermedades como la diabetes, alteraciones hormonales (como baja testosterona), problemas neurológicos (esclerosis múltiple, daño en la médula espinal), o secuelas de cirugías o radioterapia.
- Medicamentos: antidepresivos, antipsicóticos, opiáceos, antihistamínicos y fármacos para la presión pueden reducir la capacidad de alcanzar el orgasmo.
- Sustancias tóxicas: como el alcohol y drogas como la heroína.
¿Qué tratamientos existen?
La solución depende del origen del problema, por lo que lo primero es realizar un diagnóstico completo. El tratamiento suele incluir:
- Psicoterapia: fundamental en casi todos los casos, ayuda a abordar bloqueos emocionales, mejorar la autoestima sexual y promover una actitud positiva hacia la intimidad.
- Tratamiento médico: puede implicar corregir desequilibrios hormonales, ajustar medicamentos o tratar problemas neurológicos o circulatorios.
- Educación sexual: conocer el cuerpo, los puntos erógenos y cómo estimularlos es clave. El uso de libros educativos y eróticos puede ayudar.
- Ejercicios de Kegel: fortalecer el suelo pélvico mejora la intensidad del orgasmo tanto en hombres como en mujeres.
- Exploración sexual: aprender a autoestimularse y descubrir qué produce placer, incluso con la ayuda de juguetes sexuales, puede ser parte del proceso de recuperación.
La anorgasmia masculina es más común de lo que se cree, y aunque puede generar inseguridad o frustración, tiene solución. Pedir ayuda profesional y explorar opciones de tratamiento es el primer paso hacia una vida sexual más satisfactoria y saludable.