Las enfermedades autoinmunes sistémicas, como el lupus, no son fáciles de diagnosticar. Algunos síntomas psiquiátricos que aparecen de forma muy temprana podrían servir como signos de alerta para avanzar hacia una detección más precoz.
Uno de los principales obstáculos de cara a la detección precoz de numerosas enfermedades es que los síntomas que presentan son comunes a otras dolencias, es decir, son inespecíficos.
Cansancio, pérdida de apetito o de peso, dolor articular, fiebre leve o febrícula… Son algunos de los síntomas característicos de las enfermedades reumáticas autoinmunes, pero también pueden deberse a otras patologías de muy diversa índole y gravedad.
El diagnóstico de las enfermedades autoinmunes suele retrasarse, con el consiguiente aumento del riesgo de complicaciones debido a la instauración del tratamiento cuando ya se han producido lesiones irreversibles. Por eso, cualquier indicio que ayude a tirar del hilo y detectar antes la patología es bienvenido.
Aunque aparentemente pertenecen a otra esfera médica, los síntomas neuropsiquiátricos son muy prevalentes en las personas con patologías autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico. En los pacientes con esta enfermedad se producen con frecuencia alteraciones cognitivas, cefalea, trastornos del estado de ánimo, apoplejías, convulsiones, ansiedad y psicosis, tal y como recoge una revisión publicada en 2013 en la revista Reumatología Clínica.
Pesadillas y alucinaciones en pacientes con lupus
Si esos síntomas psiquiátricos son evidentes desde los inicios de la enfermedad, ¿por qué no utilizarlos como señales de alerta de cara a la detección precoz? Es la pregunta que se planteó un equipo de la Universidad de Cambridge y el King’s College de Londres y para intentar darle respuesta realizó un estudio cuyos resultados se acaban de publicar en la revista eClinicalMedicine, del grupo The Lancet.
Los investigadores, encabezados por Melanie Sloan, del Departamento de Salud Pública y Atención Primaria de la Universidad de Cambridge, encuestaron a casi 700 personas con lupus y a 400 médicos, además de realizar entrevistas detalladas a 70 individuos con diferentes enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas y a 50 médicos.
Partieron del conocimiento de que el lupus es una enfermedad inflamatoria autoinmune que puede afectar a prácticamente a cualquier órgano del cuerpo, incluido el cerebro. Muchos pacientes afirmaron que padecían alucinaciones y pesadillas incluso desde bastante tiempo antes del diagnóstico del lupus. Los responsables del estudio concluyeron que un aumento de la frecuencia de este tipo de síntomas podría preceder a la aparición de determinadas enfermedades autoinmunes como el lupus.
Síntomas previos al inicio de la enfermedad
En declaraciones a SMC España, María Guadalupe Zavala-Cerna, directora de Investigación en la Unidad Académica de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Guadalajara (México), ha comentado que este análisis ”resalta la presencia de algunos síntomas un año antes del inicio de la enfermedad, incluyendo dolor de cabeza severo (41%), ánimo decaído (34%), interrupciones del sueño o pesadillas (32%), ansiedad (39%), convulsiones (36%) y pensamientos obsesivos o comportamientos compulsivos (36%), lo que, según los autores, sugiere que estos pródromos [manifestaciones relacionadas con síntomas que ocurren antes de la aparición de hallazgos clínicos típicamente relacionados con la aparición o complicación de una enfermedad] podrían ser manifestaciones tempranas de la afectación neuropsiquiátrica en lupus eritematoso sistémico y otras enfermedades autoinmunes con afectación sistémica”.
Sin embargo, la experta considera que, debido a las características de este estudio, los resultados deben ser interpretados con cautela y, de momento, no pueden tener una aplicación directa en la práctica clínica. Para poder “aclarar el papel predictivo que estas manifestaciones pueden tener en el inicio de la enfermedad o un episodio de reactivación, es necesario realizar estudios con metodología cuantitativa en donde estas frecuencias puedan ser extrapoladas a un análisis inferencial y se cuente con una menor cantidad de sesgos”. En definitiva, habrá que seguir investigando.
La experta estima que es necesario seguir ahondando en el diagnóstico temprano del lupus y, en general, de todas las patologías autoinmunes. “Como mensaje importante de esta publicación me quedo con la reflexión sobre las dificultades que atraviesan los pacientes con enfermedades autoinmunes y afectación neuropsiquiátrica”. El principal escollo es el que tiene que ver con su diagnóstico, ya que es común “que sean vistos por entre cuatro y seis médicos con diferentes áreas de especialización hasta que llegan al reumatólogo, quien finalmente establece su diagnóstico”. La razón por la que muchos de estos síntomas iniciales no se han esclarecido “tal vez provenga justamente de ese deambular previo que realizan los pacientes con médicos de otras especialidades”, lo que lleva a Zavala Cerna “a pensar que estos estudios prospectivos deberían realizarse no en clínicas reumatológicas, sino en otro tipo de servicios como psiquiatría o neurología, donde pacientes con manifestaciones tempranas se presentan cuando aún no tienen claro el diagnóstico de una enfermedad autoinmune”.
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