Angelina Jolie podría ser presidenta de Estados Unidos. Como guion de cine sería bastante factible, pero no. A lo que podría postularse la actriz sería a la Presidencia estadounidense. La real. La que ahora está en manos de Donald Trump. Jolie no descarta entrar en política si esa es la manera de “cambiar el mundo”, ha dicho a un programa de radio, Today, de BBC Radio 4.
Will Angelina Jolie run for president one day? She says she can "get a lot done without a title" so "will stay quiet for now" #r4today https://t.co/DlzOiPfUp9 pic.twitter.com/FwLEYDBgHZ
— BBC Radio 4 Today (@BBCr4today) December 28, 2018
Hoy, con 43 años y seis hijos, dos Oscar (uno de ellos honorífico por su labor humanitaria) y tres Globos de Oro, no se ríe ante la pregunta planteada por Justin Webb como hubiera hecho hace 20 años por considerarla totalmente descabellada, ha contado. Tampoco confirma pero no descarta ninguna posibilidad. El hecho de no tener “ningún esqueleto en el armario”, le ayudaría a dar el paso a la política
Aunque no hay fecha -el presentador insinuó las elecciones de 2020– ni, por supuesto, contrincante -si el escenario del periodista llegara a producirse el oponente sería el actual presidente frente a quien Jolie se ha expresado públicamente contraria- contra quien disputarse la Casa Blanca. Porque allí sería donde Jolie y su troupe viviría en lugar de Trump y Melania.
Angelina Jolie con sus hijos Shiloh, Knox, Zahara y Vivienne Jolie Pitt.© GTRES
Enviada especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados e implicada en distintas causas humanitarias con mujeres y niños, la ex de Brad Pitt, que se considera abierta, con confianza en sí misma y “mucho aguante”, está dispuesta a ir “donde la necesiten”, ha añadido. Sin embargo, “por ahora” se queda donde está, desde donde cree puede hacer “muchas cosas” sin ostentar un cargo público o involucrarse directamente en política.
No es la primera vez que la actriz insinúa un cambio radical en su carrera. Tampoco sería la primera intérprete en dejar el cine por la política. Arnold Swarzenegger está en las antípodas de sus ideales, pero es un caso. Ronald Reagan antes de presidente de Estados Unidos (el número 40) fue actor. Glenda Jackson ganó dos Oscar antes de ser ministra de Transportes en con Tony Blair y Clint Eastwood fue alcalde de Camel by the sea, por ejemplo. Su referente más cercano, sin embargo, sería el de Cynthia Nixon, la actriz de Sexo en Nueva York que quiso (y aún quiere) luchar por una vida mejor para neoyorquinos fuera de la pantalla.
Fuente: revistavanityfair.es